Sábado 1 de agosto del 2009
El Espíritu está activo en mi vida y en el mundo.
Actividad del Espíritu
La actividad de Dios es evidente en el plan divino de vida. De un extremo de la Tierra al otro, vemos armonía que inspira maravillas. Personas de todas las culturas, de todos los credos y de todas las razas comparten en una comunidad global. Las plantas y los animales se adaptan a la vida en todo medio ambiente. El mundo natural es sustentado y cambiado por el poder del viento y el agua.
Dios nos creó para vivir diversa y abundantemente. ¡El silbo apacible y delicado de Dios nos apoya y dirige!
Dios es mi compañero y amigo eterno. Bien esté en mi hogar o en un lugar distante, sé que estoy seguro porque siempre estoy en la presencia de mi creador. Me siento protegido y sustentado, y me mantengo receptivo a la maravilla que cada día ofrece.
“n viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Tras el viento hubo un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Tras el terremoto hubo un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado.”—1 Reyes 19:11-12
|