CONCLUSIONES APRESURADAS.
En una familia de color, estaba el pequeño de la casa trasteando en
la cocina mientras su madre cocinaba. En eso, tira el recipiente
de la harina y ésta le cae encima,
dejándolo totalmente blanco. El niño se va a mirar a un espejo y,
al verse blanco, va corriendo a decírselo a su madre:
Mamá, mamá, soy blanco.
¡Niño, vete a darle mal a tu padre que estoy cocinando!,
le grita la madre.
Papá, papá, soy blanco.
¡Lárgate de aquí que estoy viendo el fútbol, vete con tu hermana!
Mira, me he vuelto blanco, se exhibe con la hermana.
¿Pero no ves que estoy hablando por teléfono? ¡Déjame en paz!
Total que el niño se marcha cabreado gruñendo:
¡Joder, llevo 5 minutos siendo blanco, y ya odio a los negros!