La labor más grande que uno puede tener es continuar amando a los demás , a pesar de todas las razones para no hacerlo. Y la verdadera muestra de cordura y grandeza es continuar haciéndolo. Para el que puede lograrlo, hay una abundante esperanza. Para los que no, hay únicamente pena, odio y desesperación, y estas no son las cosas de que está hecha la grandeza o la cordura o la felicidad.
Una trampa primaria es sucumbir a la invitación al odio.
Algunas veces por el bien y la seguridad de otros, es necesario actuar, pero no es necesario también odiarlos. Hacer el deber de uno sin ponerse furioso en contra de aquellos que buscan detenerlo , es una marca de grandeza y cordura y sólo entonces será uno feliz. El buscar cualquier cualidad deseada en la vida es una cosa notable.
Lo más difícil y más necesario de lograr es amar a los demás , a pesar de todas las invitaciones para no hacerlo.
Si hay alguna cualidad de santidad, no es el perdonar, EL 'Perdón' es una acción de nivel más bajo y bastante censurable. La verdadera grandeza simplemente se opone a cambiar ante las malas acciones en contra de uno, una persona realmente grande, ama a sus congéneres porque los comprende.
Después de todo, todos están en la misma trampa. Algunos se han olvidado de ella, otros se han vuelto locos por ella, algunos estan igual que los que la traicionaron. Pero todos, todos están en la misma trampa, los generales, los barrenderos, los presidentes, los enfermos mentales. Actúan como lo hacen porque todos han sido sujetos a las mismas crueles presiones de este universo.
Algunos de nosotros estamos expuestos a esas presiones y todavía seguimos trabajando en nuestros puestos, otros hace mucho que han sucumbido se enojan, torturan y se pavonean tal como las almas dementes que son.
A medida que somos más fuertes, podemos abrir nuestras manos para ayudar completamente. Mientras que lo hagamos, podemos entender un hecho: la grandeza se deriva de ser felices a nuestra propia decencia, de continuar ayudando a los demás sin importar lo que piensen o digan y a pesar de los actos salvajes en contra de uno, perseverar sin cambiar nuestra actitud básica hacia el hombre.
La justicia, la misericordia, el perdón, no tienen importancia al lado de la habilidad de no cambiar porque la provocación así lo exige. Uno debe actuar, uno debe perseverar en el orden, la decencia, pero sin necesitar del odio , o búsqueda de la venganza.
Es cierto que los seres humanos somos frágiles y cometemos errores. El hombre es básicamente bueno, pero puede actuar mal. El solamente actúa mal cuando sus actos, están hechos con odio.
O cuando sus acciones están basadas únicamente en la seguridad de sí mismo , sin importar la de otros; peor aún, cuando actúa únicamente guiado por la crueldad.
Los capaces mantienen un buen orden. Cuando la crueldad en nombre de la disciplina domina una raza, está raza ha sido enseñada a odiar. Y esa raza ha caído en la ruina. La verdadera lección es aprender a amar.
Aquel que camina sano y salvo a través de sus diás debe aprender ésto. Nunca uses lo que se te ha hecho , como una base para el odio. nunca desees la venganza.
Se requiere verdadera fuerza para amar al hombre, y amarlo a pesar de todas las invitaciones para hacer lo contrario, todas las provocaciones y todas las razones para no hacerlo.
La felicidad y la fuerza perduran sólo en la ausencia del odio. Odiar es solamente el camino al desastre. Amar, es el camino a la fuerza. Amar, a pesar de todo, es el secreto de este Universo.
(*) L.Ronald Hubbard
(*) L. Ron Hubbard
Lafayette Ronald Hubbard (13 de marzo, 1911 – 24 de enero, 1986), más conocido como L. Ron Hubbard, fue un prolífico y controvertido escritor estadounidense y el fundador de Dianética y la Cienciología. Además de libros sobre autoayuda, escribió ficción en diversos géneros, textos para hombres de negocios, ensayos y poesía.
Hubbard nació en 1911 en Tilden, Nebraska, hijo de Harry Ross Hubbard (1886-1975) y Ledora May Waterbury, casados en 1909.
Harry nació como 'Henry August Wilson' en Fayette, Iowa, pero quedó huérfano siendo niño y fue adoptado por los Hubbard, una familia de granjeros de Fredericksburg, Iowa. Harry se unió a la Armada de Estados Unidos en 1904, dejó el servicio en 1908, se volvió a unir en 1917 cuando Estados Unidos declaró la guerra a Alemania. Sirvió en la Armada hasta 1946.
May fue una feminista y estudió para ser profesora de escuela secundaria. Su padre, Lafayette O. Waterbury (nacido en 1864), era veterinario y se dedicó luego al mercado del carbón. Su madre, Ida Corine DeWolfe, era la hija del rico banquero John DeWolfe pp.