Niños con diferentes esquemas de adaptación social, intelectual y emocional forman parte de las familias de hoy. Desde el punto de vista energético ellos están cambiando la vibración de todo el mundo y el flujo de la creatividad humana. Probablemente son niños que vienen a enseñar un nuevo concepto de ?amor? a las familias en las que nacen.
Para los creyentes en la reencarnación, estos niños están aquí por razones sagradas: construir una nueva sociedad basada en valores humanos, como la verdad, la cooperación, el amor, la inofensividad, la paz, la libertad, la creatividad. De la misma forma en que una planta crece y se orienta en dirección a la luz, así el hombre se dirige hacia la iluminación y el enriquecimiento de sus valores intrínsecos. La educación de los niños comienza con la educación de los padres y la orientación de sus educadores.
Los niños son el más preciado don que nuestra sociedad dispone. En cada niño hay un ser creador que es necesario despertar y llegan para elevar, a través de su presencia y de su experiencia, a la humanidad a una activa relación con el medio ambiente, las responsabilidades sociales, la tradición, a reconciliar los elementos humanos con los espirituales y a crear esa correcta relación entre ellos y la sociedad en la que viven, para ampliar la consciencia actual de la humanidad.
¿Tiene su hijo o su hija problemas en el colegio? ¿Parece distraído o demasiado inquieto en clases? ¿Manifiesta percepciones extra sensoriales? ¿Utiliza un lenguaje muy desarrollado para su edad? ¿Parece enojado, sin aparente razón? ¿Es muy dulce con ciertos niños y hasta parece que los ama como si fuera su madre o padre? ¿Tiene miradas profundas que le sorprenden? ¿Le ha tratado de explicar las cosas que usted a veces no entiende? ¿Tiene mucha paciencia cuando se siente amado pero si siente que no, es tremendamente impaciente? ¿Usted no sabe cómo, pero muchas veces consigue lo que quiere? ¿Usted sabe que él o ella lo manejan? Si usted ha detectado alguno de estos indicadores, posiblemente tenga en casa un niño o niña Índigo.
Índigo y educación, una gran responsabilidad
Estos niños y niñas tienen una mayor capacidad para percibir y procesar información, lo que implica que sus maestros (tanto padres como educadores), deben aprender a manejar y canalizar estas habilidades. Es muy importante regresar a los valores más amplios y más elevados del ser humano, transmitir (esencialmente con el ejemplo) altos principios desde muy temprana edad, en la casa y la escuela, ofreciéndoles ambientes de desarrollo integral, no solamente físico e intelectual, sino también emocional, social y espiritual.
Se trata de niños y jóvenes que requieren en su entorno la presencia de adultos emocionalmente estables y seguros. No pueden aceptar un sistema de sociedad que no esté basado en el amor. Estos niños creen en sí mismos. Representan un reto para sus padres y educadores. Exigen de nosotros una atención especial y nos piden salir de los esquemas tradicionales de educación. Vinieron para abrir caminos, y nos escogieron para que les ayudemos a ser entendidos y escuchados. Como padres, debemos aplicar algunos principios básicos, ya sea que nuestro niño presente características Índigo o no. Como educadores y terapeutas es indispensable tener las herramientas que nos muestren el camino de acceso a su gran mundo interior para darles la sensación de seguridad y entendimiento. Desde todos los grupos de atención debe emitirse un mensaje coherente e integral.
¿Son audaces? ¿Tiernos? ¿Rebeldes? ¿Inquietos? ¿Encantadores? ¿Lideres?
Probablemente sean mucho más…
La sociedad lleva muchos años intentando entender este fenómeno que se viene dando con los Índigo. Padres, maestros, terapeutas y científicos poniendo muchas ideas y herramientas en juego que permitan atenderlos de manera integral.
Por fin la comunidad pareciera que está entendiendo que no hay en ellos psicopatología ni enfermedad alguna, sino más bien que se trata de individuos con aspectos de sí mismos desarrollados desde otros formatos diferentes, a lo que los adultos de hoy no estamos acostumbrados ni preparados para contener.
Las experiencias documentadas de diversas partes del mundo coinciden, ya que quienes conviven con índigos llegan al mismo punto, los niños de esta nueva generación vienen a dar un mensaje, a enseñarnos que se puede aprender de otras maneras; podríamos preguntarnos si vienen a romper esquemas educativos, familiares, espirituales o de consciencia planetaria, entre muchas otras ideas más.