Bueno, está dura y fría - respondió ella.
Entonces la llevó hasta el ataúd y le dijo:
Bobbie, voy a pedirte que hagas la cosa
más difícil que se puede pedir.
Pero si la haces, nunca volverás
a tenerle miedo a la muerte.
Quiero que pongas tu mano
en la cara del señor Smith.
Como mi mamá lo quería mucho y confiaba en él,
pudo cumplir con su pedido.
¿Y? - quiso saber el abuelo.
Papá - dijo ella - se siente como la pared.
Así es - respondió él -.
Esta es su vieja casa; nuestro amigo, el señor Smith,
acaba de mudarse y no hay ningún motivo
para tenerle miedo a una casa vieja.
La lección echó raíces y desarrolló durante
el resto de su vida.
No le tenía nada de miedo a la muerte.
Ocho horas antes de abandonarnos,
hizo el pedido más insólito.
Mientras estábamos alrededor de su cama
conteniendo las lágrimas, dijo:
No traigan flores a mi tumba porque no estaré ahí.
Cuando me libere de este cuerpo,
volaré a Europa. Vuestro padre nunca
quiso llevarme.
El cuarto estalló en una carcajada y
no hubo más lágrimas por el resto de la noche.
Al besarla y desearle buenas noches,
ella sonreía y decía: "Te veo mañana".
Pero al día siguiente, a las 6:15 de la mañana,
el médico me llamó para decirme que había
emprendido su vuelo a Europa.
Dos días después, estábamos en el departamento
de mis padres revisando las cosas de mamá,
cuando encontramos una pila de escritos suyos.
Al abrir el paquete, cayó al piso un papel.
Era la siguiente poesía. No sé si la escribió ella
o si había guardado con mucho cariño la obra
de otro. Lo único que sé es que fue
el único papel que se cayó, y decía:
EL LEGADO
Cuando muera, da lo que queda
de mí a los niños.
Si necesitas llorar, llora por los hermanos
que caminan a tu lado.
Rodea a alguien con tus brazos y dale
lo que necesites darme a mí.
Quiero dejarte algo: algo mejor que palabras
o sonidos.
Búscame entre la gente que conocí y amé.
Y si no puedes vivir sin mí, déjame entonces
vivir en tus ojos, tu mente y tus actos de bondad.
Como mejor puedes amarme es dejando
que las manos se toquen y dejando libres
a los niños que necesitan ser libres.
No muere el amor, las personas sí.
Por eso, todo lo que queda de mí es amor...
Bríndame...