Poco después de conocerse su muerte, cientos de seguidores, en su mayoría mujeres, se han agolpado en la puerta del hospital y frente a la vivienda del artista, en la localidad bonaerense de Banfield, para despedir con cánticos al artista y acompañados por fotos del músico, como en cada uno de sus cumpleaños.

'No somos Dios, estamos luchando contra una enfermedad que es muy grave con todos los recursos tecnológicos y médicos que tenemos', ha indicado el médico Claudio Burgos, del hospital situado a unos mil kilómetros de Buenos Aires.

Sandro de América

Roberto Sánchez, el nombre real del artista, había sido operado por última vez el 22 de diciembre a raíz de una lesión en la tráquea. El músico, apodado el Gitano sufría un enfisema pulmonar desde hacía once años, lo que le había llevado a ser hospitalizado en varias ocasiones en un sanatorio de Buenos Aires, y después fue trasladado a Mendoza, donde se le practicó el trasplante.

A pesar de su delicado estado de salud, el autor llegó a realizar conciertos ayudado por un respirador, hasta que su enfermedad no le permitió salir más a los escenarios. El artista contaba en su haber con medio centenar de éxitos discográficos en toda Latinoamérica -por algo lo llamaban el Sandro de América- y participó en una docena de películas.

Gracias al cine, ganó popularidad en países como Venezuela, Puerto Rico, Costa Rica, Ecuador, México y Estados Unidos. En 1970 se estrenó su cinta Gitano, del director Leo Fleider, y fue entonces cuando su carrera musical también se catapultó, al punto de llegar a actuar ese año en el Madison Square Garden de Nueva York, el primer latino en conseguirlo. Estuvo casi un lustro sin actuar en Argentina, hasta 1978, cuando reapareció en el Teatro Ópera, informa la edición digital del diario La Nación.

El Hospital Italiano de Mendoza, en el oeste de Argentina, se había convertido en las últimas semanas en una especie de santuario de fans de Sandro, que han dejado centenares de cartas de apoyo y ramos de flores para el cantautor.