Save TheChildren: Un nuevo informe estima que
hasta 221 millones de niños y niñas
están perdiendo su educación porque
en sus escuelas se enseña en un idioma
que no entienden 19/02/2010 -
De los 75 millones de niños y niñas que
no van a la escuela en todo el mundo,
54 millones (72%) viven en países donde
existen grandes divisones entre grupos
con idiomas diferentes. Se estima que
hasta 221 millones de niños y niñas en
el mundo no pueden aprender en el
idioma con el que hablan en sus casas.
No ser capaz de entender el idioma
empleado en la enseñanza representa
una de las principales razones por la
que los niños pueden dejar de ir al
colegio u obtener malos resultados.
Los niños y niñas a los que no se
les enseña en su idioma materno
obtienen peores resultados.
El hecho de que a un niño se le enseñe
o no en su lengua principal puede
tener un impacto muy fuerte sobre
su propia asistencia a la escuela y,
en última instancia, sobre sus
resultados académicos.
Está demostrado que aquellos niños a
los que no se les enseña en su lengua
materna a menudo obtienen peores
resultados y pueden aprender a copiar
y recitar textos de la pizarra sin llegar
a comprenderlos correctamente.
Un programa de educación bilingüe
para población indígena en Guatemala
llevado a cabo en 1995, mostraba que
las tasas de repetición eran de un 25%
en aquellas escuelas con un sistema
bilingüe frente a cerca de un 50% en
los colegios que sólo empleaban el
español como idioma de enseñanza.
Indonesia es el país que cuenta con
la mayor lista de idiomas hablados
dentro de sus fronteras con 747;
pero incluso aquellos países con
menos grupos lingüísticos se enfrentan
a retos muy significativos.
En algunos países, en la escuela se
enseña en el idioma impuesto durante
la época colonial y que muy pocas
familias locales emplean en
sus hogares.
Por ejemplo, en la República
Democrática del Congo las clases
se imparten en francés cuando la
gran mayoría de la población sólo
utiliza lenguas locales como el lingala,
el kiswahili, el kikongo o el tshiluba
para comunicarse.
Es obvio (y así lo revela el estudio)
que todo esto tiene un impacto en
los resultados de los niños en la escuela
ya que tener que aprender en una
lengua que no es familiar representa
una enorme lucha.
En otros países, como China o India,
con un mayor número de grupos
étnicos minoritarios, estudiar en un
idioma que no es familiar puede
añadir una mayor tasa de discriminación
de la que ya afecta a estos grupos.
El impacto potencial sobre el
crecimiento económico y la
estabilidad política.
Los gobiernos de países donde se
hablan muchos idiomas a menudo
otorgan un papel protagonista a uno
de ellos para la comunicación y
el avance económico.
Sin embargo, el hecho de que grande
porcentajes de niños y niñas en edad
escolar no estén recibiendo
adecuadamente una educación puede
suponer un gran retraso para el
crecimiento económico del país.
La exclusión de la educación para
los grupos que no hablan el idioma
oficial puede así mismo desencadenar
el conflicto y la inestabilidad política.
Por nuestra experiencia en países
con un amplio pasado de dominación
colonial, recomendamos que los
niños y las niñas deberían recibir
la enseñanza en su lengua materna
durante, al menos, los primeros
seis años de enseñanza al tiempo que
se les ha de ir introduciendo
gradualmente cualquier otro idioma
secundario. Los donantes mundiales
en educación de los países en
desarrollo deberían priorizar una
inversión para combatir las barreras
del idioma y animar a los países a
que apoyen sistemas educativos
multilingües.
Todos los fondos que se está
invirtiendo en educación podrían
llegar mucho más lejos si se centrase
el esfuerzo para que los niños
entiendan correctamente las clases
que reciben.
Ejemplos de tensiones en torno al
idioma que han resultado
en violencia :
1952, Paquistaní del Este (ahora
Bangladesh). El 21 de febrero,
la policía abrió fuego sobre un grupo
de estudiantes que protestaba
contra la imposición del Urdu como
idioma oficial y trataba de presionar
para que el Bangla, su idioma
materno, tuviese el mismo
estatus oficial.
Los eventos de aquel 21 de febrero
(que marcaría su consideración
como Día Internacional de la Lengua
Materna), representaron un punto de
inflexión en la eventual guerra con
paquistaní y la posterior creación
de Bangladesh.
1976, Sudáfrica. Una resolución por
la que se establecía el Afrikáans para
la enseñanza de los estudiantes
(y no sus idiomas locales africanos)
sacó a la calle una protesta de más
de 10.000 estudiantes. Se calcula
que 700 personas fueron asesinadas
como consecuencia de los disturbios
y la violencia policial.
Principios de los 90, Kosovo.
El cierre de una escuela primaria y
otra secundaria en las que se
enseñaba en Albano y la expulsión
de las universidades de los
estudiantes albano parlantes
contribuyó de una manera muy
significativa al incremento de
las tensiones.
2004, Siria. 30 personas resultaron
muertas y más de 160 heridas como
consecuencia de los enfrentamientos
violentos entre las fuerzas de
seguridad kurdas, árabes y sirias.
Una de las estrategias clave del
gobierno sirio para suprimir la
comunidad kurda fue la de prohibir
la utilización del idioma kurdo en
las escuelas; también se procedió a
retirar la ciudadanía a los kurdos.
El kurdo está también perseguido
en Turquía, aunque se han producido
algunos avances en los últimos años.
En China, en años recientes, la pobre
implementación de políticas educativas
bilingües ha llevado a un incremento de
las tensiones y el conflicto violento
entre el gobierno y grupos como
los uyghur, los mongoles
y los tibetanos.
La educación monolingüe de la
comunidad mongola en mandarín
contribuye enormemente a su
sentimiento de exclusión y es causa
del abandono escolar y la mayor
probabilidad de violencia.