-¡Qué fastidio! -dijo mientras su mano golpeaba el tablero
del auto.
-No aguanto más este auto.
Esto resume la vida de Michael Jones. Fastidio y...
no aguanto más.
Cuarenta años de edad, un matrimonio de 15 años en
el cual todavía no sabe cómo comunicarse con su esposa,
y dos niños a los que escasamente conoce.
Añádale a esto un trabajo aburrido que no lo motiva y
que escasamente le da para pagar las cuentas.
En pocas palabras: un fastidio.
¿Qué pasó con su vida, a dónde se fue? Eran una pareja
llena de sueños cuando salieron de la Universidad.
Tenían toda la vida por delante y nada parecía imposible. Estaban llenos de energía y querían hacer muchas cosas.
Pero ahora se encontraban muy lejos de lo que una vez
soñaron ser.
Michael amaba a Amy, pero su relación no era lo que podría haber sido. Se fueron separando poco a poco y ahora
no sabían como arreglarlo. Los niños eran maravillosos
pero no había ninguna conexión con ellos, según lo que él pensaba que cualquier familia “normal” debía ser.
Y su trabajo...definitivamente no era lo que él quería.
Un hombre a su edad, ¿ganando un modesto sueldo
y sin alternativas?
No, esto no se parece en nada a lo que había imaginado.
Se sentía estancado, con un trabajo sin posibilidades
y muy pocas o nulas relaciones. Esto no era el éxito
ni la felicidad que él y Amy habían planeado.
Pero su vida estaba a punto de cambiar...
Este auto es lo peor, pensó mientras el auto se apagaba
entre ruidos y corcoveos. Iba a 40 Km. por hora cuando
el motor se paró, y sólo logró estacionarlo cerca de una
señal de “Pare” en la carretera.
Iba a atender una llamada de un cliente y nunca había
tomado esta carretera. Era larga y sinuosa, y servía
de atajo entre dos grandes autopistas. Observó que
no había muchas casas en este camino...