Señor, ayúdame a decir la verdad delante
de los fuertes y a no decir mentiras para
ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara
de la medalla, no me dejes inculpar de
traición a los demás por no pensar
igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como
a mi mismo y a no juzgarme como
a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es
la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es lo más grande
del fuerte y que la venganza es
la señal del débil.
Si me quitas el éxito, déjame fuerza para
triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor
para disculparme
y si la gente faltara conmigo dame valor
para perdonar.
Señor, si yo me olvido de ti,
no te olvides de mí.
Recuerda:
Cuida tus Pensamientos...Porque
se volverán Palabras.
Cuida tus Palabras...Porque
se volverán Actos.
Cuida tus Actos...Porque
se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres..Porque
forjarán tu Carácter.
Cuida tu Carácter porque
formará tu destino y
tu Destino será tu vida.
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