Meditación
La Resurrección de Cristo está en el centro de nuestra fe. Sin embargo, con frecuencia vemos la resurrección un poco fuera de nuestro horizonte. Por eso debemos considerar con frecuencia la Resurrección de Cristo. Él era Dios. Se dejó matar por amor. Su muerte fue un acto de amor más fuerte que la muerte. Así su amor nos acompaña en esta vida y nos indica también el camino más allá de la muerte.
Muchas personas rechazan hoy la fe porque la vida eterna no les parece algo deseable. Quieren la vida presente y buscan aplazar la muerte lo más posible. Pero esto no puede satisfacer el corazón humano.
¿Qué significa pues, resucitar para la vida eterna? No pensemos en la eternidad como un continuo sucederse de días del calendario, sino como ese momento pleno de satisfacción en el que nos encontraremos con quien más nos ama, ese momento del sumergirse en el océano del Amor de Dios, en el cual el tiempo –el antes y el después– ya no existe.
de la red
AZUCENA
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