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Foto: Marc van der Aa |
Una pareja de jovenes tenia varios años de casada y nunca pudieron
tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor
aleman y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro crecio
hasta convertirse en un grande y hermoso pastor aleman. El perro
salvo en mas de una ocasion a la pareja de ser atacadas por ladrones,
siempre fue muy fiel, queria y defendia a sus dueños contra
cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo
tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y
disminuyeron las atenciones que tenian con el perro, este se sintio
relegado y comenzo a sentir celos del bebe y ya no era tan cariñoso y
fiel como demostro serlo durante siete años.
Un dia la pareja dejo al bebe placidamente durmiendo en la cuna y
fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cual fue su sorpresa
cuando se dirigian al cuarto del bebe y ven al perro en el pasillo con
la boca ensangrentada, moviendoles la cola.
El dueño del perro penso lo peor, saco un arma y en el acto mato
al perro, corrio al cuarto del bebe y encuentro una gran serpiente
degollada. El dueño comienza a llorar y exclama:
He matado a mi perro fiel!!!
Cuantas veces hemos juzgado a las personas; lo que es peor,
las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su
comportamiento, cuales son sus pensamiento y sentimientos.
Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen,
sino todo lo contrario.
La proxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y
condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel.
Asi aprenderemos a no levantar falsos testimonios contra una
persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demas.
Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas
son fragiles y faciles de dañar pero dificiles de sanar.
VidaPositiva.com
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