Dice Padre Pio:
La verdadera causa por la que no siempre
consigues hacer bien tus meditaciones yo
la descubro, y no me equivoco, está en esto:
Te pones a meditar con cierto nerviosismo y
con una gran ansiedad por encontrar algo que
pueda hacer que tu espíritu permanezca contento
y consolado; y esto es suficiente para que no
encuentres nunca lo que buscas y no fijes
tu mente en la verdad que meditas.
Hijo mío, has de saber que cuando uno busca
con prisas y avidez un objeto pérdido, lo tocará
con las manos, lo verá cien veces con sus ojos,
y nunca lo advertirá.
(de mi correo)