Escrito por Dr. John C. Maxwell
Creo que cada uno de nosotros tiene un sueño en su corazón. No hablo de querer ganar la lotería. Ese tipo de idea viene del deseo de escapar de nuestras circunstancias presentes, y no del deseo por buscar un sueño del corazón.
Hablo de una visión interior profunda que habla al alma misma. Es aquello para lo que hemos nacido. Requiere nuestros dones y talentos. Apela a nuestros más elevados ideales. Enciende nuestro sentido de destino. Está inseparablemente unido con el propósito de nuestra vida. El sueño nos inicia en el viaje al éxito.
• Un sueño nos da dirección
¿Ha conocido alguna persona que no tiene idea de lo que quiere hacer en la vida y que a pesar de esto haya sido exitosa? Yo no. Y apuesto que usted tampoco. Todos necesitamos apuntar en alguna dirección. El sueño nos da eso. Actúa como una brújula, y nos dice en qué dirección debemos viajar. Y mientras no hayamos identificado esa dirección correcta, nunca sabremos si estamos progresando. Nuestras acciones probablemente nos lleven hacia atrás en lugar de llevarnos adelante. Si se mueve en cualquier dirección que sea distinta a la de su sueño, perderá las oportunidades necesarias para ser exitoso.
• Un sueño aumenta nuestro potencial
Sin un sueño, podemos tener problemas para descubrir nuestro potencial interior pues no vemos más allá de las actuales circunstancias. Pero con un sueño, comenzamos a vernos bajo una nueva luz, como poseedores de un nuevo potencial y capaces de avanzar y crecer hasta alcanzarlo. Toda oportunidad que encontramos, cada recurso que descubrimos, cada talento que desarrollamos llega a formar parte de nuestro potencial para crecer en dirección hacia ese sueño. Mientras mayor el sueño, mayor el potencial. E. Paul Jovey dijo: «El mundo de un ciego está limitado a lo que toca; el mundo del ignorante queda dentro de los límites de su conocimiento; el mundo de un gran hombre por los límites de su visión». Si su visión—su sueño—es grande, así será su potencial para el éxito.
• Un sueño nos ayuda a establecer prioridades
Un sueño nos da esperanza para el futuro, y además nos da poder en el presente. Hace posible que establezcamos prioridades en todo lo que hacemos. Quien tiene un sueño conoce a lo que tiene que renunciar, con el propósito de avanzar. Puede medir cada cosa que hace según le sirva o contribuya a su sueño. Se concentra en lo que le acerca más a ese sueño y presta menos atención a todo lo que no contribuye a este propósito.
Irónicamente, mucha gente hace exactamente lo contrario. En vez de concentrarse en su verdadero sueño y dejar lo de menor importancia, quieren mantener abierta todas las alternativas. Pero cuando lo hacen, realmente enfrentan más problemas pues tomar decisiones se les hace muy complicado. Son como el artista que hace girar platos. Puede que haya visto alguno de ellos en los programas de variedades viejos. El actor pone un plato en la punta de una varilla larga y delgada y lo hace girar. Luego hace lo mismo con otra varilla y otro plato y luego otro. Sigue agregando platos hasta que tiene una buena cantidad de ellos girando sobre su correspondiente varilla. Mientras sigue avanzando, debe regresar ocasionalmente a dar más velocidad a un plato para que no caiga.
Mantener vigentes todas las alternativas se parece mucho a esto. Al principio, es divertido tener abiertas muchas posibilidades. Parece ser una idea excelente. Pero a medida que transcurre el tiempo, no puede progresar porque dedica todo su tiempo a conservar las alternativas en lugar de usar el tiempo para avanzar.
Cuando tiene un sueño, usted no tiene ese problema. Usted dedica el tiempo y las energías exclusivamente en los «platos» que lo llevan más cerca de su sueño. Puede dejar que los demás dejen de girar y se hagan trizas en el suelo. No tienen importancia. Ese conocimiento le libera tiempo para concentrarse en las pocas cosas que marcan la diferencia, y lo mantienen en el camino correcto.
• Un sueño agrega valor a nuestro trabajo
Un sueño pone en perspectiva todo lo que hacemos. Aun las tareas que no son interesantes ni tienen una recompensa inmediata cobran valor cuando sabemos que a larga contribuirán a la realización del sueño. Cada actividad se convierte en una pieza importante de un cuadro más grande. Me hace recordar la historia de un periodista que hablaba de tres obreros de la construcción que ponían concreto en un lugar.
—¿Qué estás haciendo?—preguntó al primer trabajador.
—Me estoy ganando un cheque—gruñó. Le hizo la misma pregunta al segundo obrero, quien lo miró por encima del hombro y le dijo: «¿Qué le parece que estoy haciendo? Estoy mezclando concreto».
El tercer trabajador sonreía y silbaba mientras trabajaba.
—¿Qué haces?—le preguntó. Dejó lo que estaba haciendo y con entusiasmo dijo: «Estoy haciendo un hogar para los desamparados». Se limpió las manos y continuó: «Mire, allí estará la cocina. Allá el dormitorio de las mujeres. Allá…»
Los tres estaban haciendo el mismo trabajo. Pero solo el tercero estaba motivado por una visión mayor. El trabajo que hacía cumplía un sueño, y agregaba valor a sus esfuerzos.
Vince Lombardi decía: «Creo firmemente que la mejor hora de cualquier hombre—su mayor realización por sobre todo lo que considera importante—es el momento cuando ha puesto su corazón en una buena causa y queda exhausto en el campo de batalla, victorioso». Un sueño provee la perspectiva que hace posible ese tipo de esfuerzo.
• Un sueño predice nuestro futuro
Catherine Logan dijo: «Una visión profetiza lo que puede ser nuestro. Es una invitación a hacer algo. Con un gran cuadro en la mente vamos de un logro a otro usando los materiales que nos rodean como peldaños hacia lo que es más alto, mejor y más satisfactorio. Así llegamos a ser poseedores de valores invisibles que son eternos».
Cuando tenemos un sueño, no somos solo espectadores sentados a la espera de que todo salga bien. Tomamos una parte activa en la formación del propósito y significado de nuestra vida. Y los vientos de cambio no nos llevan de aquí para allá. Nuestro sueño, cuando lo seguimos, es el mejor pronosticador de nuestro futuro. Eso no significa que tenemos alguna garantía, pero sí aumenta enormemente nuestra oportunidad de éxito.
Atrévase a soñar y a actuar sobre ese sueño..!!
Hágalo a pesar de los problemas, circunstancias y obstáculos. La historia está llena de hombres y mujeres que enfrentaron la adversidad y, a pesar de ello, alcanzaron el éxito. Por ejemplo, el orador griego Demóstenes ¡era tartamudo! La primera vez que quiso hablar en público la gente se le rió en la cara. Pero él tenía el sueño de ser un orador destacado. Siguió ese sueño y creció para lograr su potencial. Se dice que se ponía piedrecillas en la boca y procuraba hablar superando el sonido de las olas que rompían contra la playa. Su persistencia tuvo recompensa. Vivió su sueño: llegó a ser el orador más destacado del mundo antiguo.
Otros se han atrevido a soñar y han sido exitosos. Napoleón, a pesar de su humilde procedencia, llegó a ser emperador. Beethoven trajo a la vida su visión interior de la música cuando compuso sinfonías, aun después de perder el oído. Charles Dickens soñaba con ser escritor y, a pesar de haber nacido en la pobreza, llegó a ser el novelista más leído de la Inglaterra victoriana.
Oliver Wendell Holmes comentó: «Lo grande en este mundo no es dónde estamos, sino en qué dirección nos movemos». Esto es también una de las grandes cosas de tener un sueño. Puedes seguir tu sueño no importa dónde te encuentres hoy. Y lo que ocurrió en el pasado no es tan importante como lo que hay en el futuro. Como dice un proverbio:
«No importa cómo haya sido el pasado de una persona, su futuro es inmaculado». ¡Usted puede empezar a seguir su sueño hoy mismo!
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