El amor es un verdadero acceso de fiebre, con
la diferencia de que ésta comienza con frío
y termina con ardor, mientras que el amor
sigue el camino contrario.
El amor es una bellísima flor, pero hay
que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
Cuando el amor desenfrenado entra
en el corazón, va royendo todos los demás
sentimientos; vive a expensas
del honor, de la fe y de la palabra dada.
El dolor es el alimento esencial del amor;
cualquier amor que no se haya nutrido
de un poco de dolor puro, muere.
Los amores son como las setas, que no
sabe uno si son venenosas hasta
que ya las ha comido y es demasiado tarde.
El amor tiene dos momentos deliciosos:
el primero y el último; lo malo
es el tiempo que transcurre entre ellos.
Los suspiros son aire y van al aire. Las
lágrimas son agua y van al mar, dime mujer,
cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?
A/D
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