Trabajó durante cuatro meses haciendo tareas domésticas extra en su casa a cambio de dinero para recaudar fondos, cuando consiguió $70 (Cantidad que creía suficiente para la construcción de un pozo) acudió a la organización WaterCan que se dedica a proveer agua potable a países del tercer mundo, allí le dijeron que con los $70 construirían el pozo, pero la cantidad ascendería a los $2000 para su mantenimiento y trabajadores.
Ryan no se dio por vencido, y su historia saltó a los medios de comunicación, mediante colectas de los alumnos del colegio de Ryan y donaciones anónimas .
Ryan consiguió reunir los $2000. Ofrecieron a Ryan diversos lugares en África donde sería posible hacer el pozo, Ryan lo escogió junto a la escuela primaria Angola en Uganda, desde entonces las enfermedades como diarrea, gusanos en el intestino desaparecieron en este pueblo, y la escolarización en este área aumentó rápidamente.
Desde este primer pozo, se han construído más de 120 pozos por todo el mundo gracias a la fundación 'Ryan´s well' ('El pozo de Ryan') que sigue recibiendo donaciones para esta causa.
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