Mi corazón guardaba una rosa con espinas,
y con el paso del tiempo el carmesí
fue perdiendo su color e incluso se podría pensar que de ese
rosal que un día allí nació ya no quedará ni raices,
ni tallo, ni rosas ni nada a su alrededor.Pensé que el corazón
todo lo convirtió en un desierto, sin agua, sin cauce y sin
posibilidad de vida por mucho que apareciera en
el cielo estrellas, la luna o el sol.
Pero la sorpresa, por suerte, llegó a mi vida y la cadena de mi reloj,
que en el pasado habían cerrado ese corazón, a una rosa
que brillaba intensamente se agarró y alegremente empezó
a darle vida a mi triste corazón.
Sorpresivamente el reloj fué marcando las horas en una vida
que antes sin querer sin cuerda lo dejó.
Y la rosa a la cual se encadenó a través de esa cadena su brillo le mandó.
Estoy contenta, porque mi reloj ahora funciona con los
latidos de mi corazón y no es un reloj cualquiera, porque este
reloj emite la música adecuada para hacer vibrar un corazón
en el que ha nacido la rosa de la pasión, la cual con el paso de
los días va adquiendo bellos colores al son de su reloj.
Espero que este reloj no se pare, porque con él llegó
me llegó vida y también una ilusión.
Con estas breves palabras tan sólo decir que a veces la alegría
está esperando a que tuerzas la esquina, esa esquina que en
el pasado por miedo no te atrevias a tomar, y es que si siempre andas
en la misma dirección nunca veras o descubriras si otro camino
te hace pasear por la vida por un sendero mejor.
Reflexión:
Que todos seamos capaces de ver el camino correcto
que nos llevará a la alegría, al amor y nunca más
al desamor y la tristeza de nuestro corazón.
Cariño...Lais
d/a