Después de mucho deliberar, decidí la otra noche que si la mayoría de la gente a la que roban el bolso o la cartera decide poner una denuncia ante la autoridad competente, el robo que yo tenía que denunciar no merecía distinto trato.
Soy víctima de uno de los robos más extendidos en este globo verdiazul (cada vez menos, dichos sea de paso), el robo de unas posesiones de incalculable valor. El robo de las semillas de mi corta vida, el robo del abono del mañana, el robo del amanecer de cada nuevo día...
Y no, no me han robado la pensión si es lo que pensáis; tranquilos paso a explicaros la experiencia sin más rodeos....
Decidí pasarme por la comisaria más cercana:
-Señor Policía, vengo a poner una denuncia por robo...un robo a mano armada, más aún así silencioso, un robo sin intimidación... un robo hecho desde la superficie hasta lo más profundo, un robo con coacción, un robo con chantaje, un apropiamiento indebido en toda regla señor representante de la autoridad...
-Cuénteme señorita con detalle que objetos han sido víctimas de tamaña tropelía...
-Verá usted señor policía, he aquí que servidora tenía atesorados un buen puñado de eso que algunos idealistas, bohemios, sin duda muchos poetillas desgreñados; cultivan y a veces regalan (o venden) a incautas e inocentes chiquillas como yo...
-Perdone señorita, creo que no la sigo...
-Discúlpeme señor agente, me refiero a una baraja de sueños, un cóctel de ilusiones, un ramillete de brillo en los ojos, una colección de esperanzas y una gran pieza de arte de eso que llaman vocación...
-Entiendo...... prosiga por favor...
-Como le iba contando yo tenía un buen ahorro de todos esos bienes gananciales perfectamente dispuestos para invertir en bolsa de esfuerzo y trabajo... ¡estaba tan segura de la alta rentabilidad y beneficios que obtendría! Fijese usted que hasta había imaginado poder desempeñar una labor que me hiciera feliz a mi y a todos lo que me rodean... una labor productiva que hiciera crecer la rentabilidad de las inversiones de mis clientes...
- ¿Pués cómo ha ocurrido el robo entonces señorita?
-Verá usted, un día metí en mi maletín verdeazulado todo esto de lo que le hablo... la baraja de sueños con sus cuatro ases de sentimiento, el cóctel de ilusiones (que reconozco, a veces, me hacía sentir ebria de emoción), el ramillete de brillo en mi mirada (que cegaba mis ojos ante la ortiga de los terceros), la valiosa colección de esperanzas y por supuesto mi gran pieza de vocación y entrega...
Salí directa al "parquet" donde se compravende toda esta mercancia, yo sabía que como mínimo me ofrecerían un salario en unos papeles verdes absolutamente imprescindibles para el subsistir de mi vida física, bueno ¡es un comienzo! me dijo mi narcótico cóctel de ilusiones...
Pero la puñetera baraja de sueños me jugó una muy mala pasada señor agente... ya que comencé a evadirme con el deseo de recibir además de bienes físicos, toda una serie de etéreos gananciales igualmente valiosos... ya sabe usted...
-No señorita, explíquese...
-Pués nada- dije poniéndome colorada como un clavel- que yo soñaba con una retribución en agradecimiento, empatía, respeto, compañerismo e incluso con una devolución recíproca de un valioso producto de mercado que yo entregaba gratis: la sonrisa...
-Ya veo ya...
...es usted muy ingénua señorita...
-Si, ya lo se señor agente... ya lo se... Y pronto empecé a ver que junto con los papelitos verdes (por cierto bastante escasos estimando su valor con las horas de tiempo físico que yo entregaba) además me pagaban con unas patadas de desprecio, unos duros tabiques de egoismo y unos duros bloques de reproche armado...
Desesperada y confusa, pensé que la solución sería invertir absolutamente todos mis bienes en sueños, ilusiones, esperanza, vocación y sonrisa....
Resumiendo señor policía, que no deseo aburrirle.... quiero demandar a los 7 últimos centros de labor humana que tuvieron a bien concederme una oportunidad para después lanzarme al cubo de basura más cercano, sin tener ni siquiera la deferencia de reciclarme...
Tiraron mis ilusiones por la borda, y lógicamente mi cuerpo físico las siguió y terminé por lanzarme también a las aguas detrás de ellas, antes de verlas hundirse en el fondo...
Ninguno entendía por qué me tiraba al mar, aunque otros si bien, al ver mis intenciones me dieron un pequeño empujoncito hacia la borda...
-¿Por qué cree usted que hicieron eso señorita?
Pués verá usted, resulta que lo querían de mi no era una pieza de vocación y entrega, ni sonrisa, ni tan siquiera unos latidos de mi corazón emocionado por el mañana... Querían sólo la corteza de mi cuerpo físico en una proporción 1000/1 respecto a los bienes que yo podía aportar junto al completo esfuerzo de mis manos jóvenes...
-¿Y ahora que sabe usted lo que quieren, no seguirá inténtandolo?
-Si, probablemente si, pero verá usted, necesito que me devuelvan mi baraja de sueños, el cóctel de ilusiones, el ramillete de brillo en los ojos, mi colección de esperanzas y mi gran pieza de arte de eso que llaman vocación...
-Señorita, lamento no poder ayudarla, por lo que tengo entendido deberá usted volver a sembrar de nuevo todos esos bienes...
-¿Con qué semillas? ¿que abono los alimentará? ¿que agua les dará la fuerza para crecer de nuevo?
-Siento de veras no poder ayudarla, ¿Tiene usted algún seguro contratado?
-....
-Si así fuera señorita, no tendría ustéd más que presentar la factura de adquisición de todos esos bienes, mandarla por fax y esperar respuesta de tramitación, tal vez rellenar algunos partes, esperar la tasación de un perito homologado y presentar reclamación formal a la compañía...
-......Vaya... que contrariedad señor agente.... tantos años atesorando sueños, ilusiones, esperanza y vocación y resulta que cometí la imprudencia de no conservar la factura ni los envoltorios originales....
-.... ¿Podría tal vez conseguir una factura proforma o presupuesto?.........
-No señor agente... por desgracia.... o por fortuna....
.....hay bienes cuyo valor no puede estimarse por adelantado.....
....Pués sólo al perderlos se reconoce su valía...
Tema anterior
Primer 
