Mi querida Isis:
Entro en este momento al Grupo. Recién, por medio de tu mail a mi correo,
me acabo de enterar de esta tragedia. Todavía no puedo creer lo que le ha sucedido a nuestra querida Christine. Un ser muy especial, muy vital, imposible todavía pensar
que ya no está con nosotros. Para quienes no la conocían debo decirles que
Christine era Administradora Adjunta hacía mucho tiempo en nuestro Grupo.
Una personita muy amable, que nos regalaba constantemente las firmas
que sabía realizar estupendamente. Yo estaba extrañada este último
tiempo porque dejé de tener noticias suyas, tanto aquí como en mi correo.
Pero como sabía que tenía familia en Alemania y había viajado, pensé
que se quedaría allí más tiempo. Nunca imaginé este triste desenlace.
Sé, mi querida Isis, cuánto se querían ustedes, lo amigas que eran. Así que
debo decirte que comprendo tu gran dolor, tu inmensa pena, mi linda amiga.
Deseo que sepas que todos nosotros estamos cobijándote en un inmenso
abrazo en estos instantes tan dramáticos y tristes.
Mi querida Christine:
Siempre estarás con nosotros en este pequeño rinconcito donde
supiste ganarte nuestro cariño y admiración. Desde ahora serás
nuestro Ángel de la Guarda, mi queridísima amiga. Nunca te olvidaremos,
todo lo contrario, siempre estarás aquí con nosotros, guiándonos, cuidándonos,
desde la estrellita que hayas elegido para estar.