Dos palabras escribí en la arena,
a tu lado, pegado a tu piel,
al tiempo que una brisa serena
lloraba dichosa lágrimas de miel.
Dos caricias escribí en tu cuerpo,
de mis manos salieron llenas de amor,
siendo cómplice de un mar incierto,
dejándome llevar por su grato rumor.
Dos lágrimas no pude contener
cuando vi que el mar se llevó sin querer
dos palabras, dos caricias y tu piel.
Hoy sé que el mar no me las devolverá,
ahora que sabe lo que bien vales,
hoy sé que mi alma nunca olvidará
aquel día que te perdió...cerca del mar.
de la red
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