El amor salió de madre.

La muerte nunca fue tan atrevida,

tan valiente, tan fuerte o importuna,

que osase entrar e el reino de la vida,

donde no hay dolor, ni enfermedad alguna;

pero al amor o hay cosa que le impida,

penetra el cielo y deja atrás la luna;

y así se muestra tan valiente y fuerte,

que prueba serlo más que la muerte.

La mayor fortaleza y valentía

que obró jamás la muerte inexorable

fue acometer a Dios cuando vivía

en forma de hombre en vida miserable;

pero el amor allá, donde tenía

sólo forma de Dios incontrastable,

le acomete, probando de esta suerte,

ser más fuerte el amor que no la muerte.

Allá en el pecho del eterno Padre,

donde habita la luz inaccesible,

luchó con él, y el pecho de la Madre,

le derribó, venciendo al invencible.

Aquí el poder de amor salió de madre,

haciendo ser mortal al impasible,

y aquí se echo de ver, si bien se advierte,

ser más fuerte el amor que no la muerte.

Jeshua