Mañana
en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño
interrumpió:
-¿Usted
encontrará a Jesús allí?
El
cirujano se quedó mirándolo, y continuó:
-Cortaré
una pared de tu corazón para ver el daño completo.
-Pero
cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a Interrumpir el niño.
El
cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.
-Cuando
haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón
abierto.
-Pero, ¿usted encontrará a Jesús en
mi corazón?
La Biblia bien
claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive
allí....
¡Entonces usted lo
encontrará en mi corazón!
El cirujano pensó
que era suficiente y le explicó:
-Te
diré que encontraré en tu corazón. Encontraré músculo dañado, baja respuesta de
glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si
te podamos ayudar o no.
- ¿Pero encontrará a Jesús allí
también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.
El cirujano no
toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su
oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: - aorta dañada,
vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardiaca masiva. Sin
posibilidades de trasplante, difícilmente curable.
- Terapia:
analgésicos y reposo absoluto. - Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste
dijo: - muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora
-Pero, tengo algo
más que decir: - ¿Por qué? pregunto en voz alta -¿Por qué hiciste esto a él? Tú
lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte
temprana. ¿Por qué?
De pronto, Dios,
nuestro Señor le contestó:
-El niño, mi oveja, ya no pertenecerá
a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí
en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado
de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se
unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño
sagrado continuará creciendo.
El cirujano empezó
a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones.
Y replicó: - Tú creaste a este
muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?
El Señor le
respondió:
-Porque es tiempo de que regrese a su
rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió. Hace unos años envié una oveja mía
con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se
olvidó de su Creador. Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para
perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.
El cirujano lloró y
lloró inconsolablemente. Días después, luego de practicar la cirugía, el doctor
se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron
frente al médico.
El
niño despertó y murmurando rápidamente preguntó: