Compartir penas y felicidad
Hay una tremenda felicidad al hacer a otros felices, a pesar de nuestros propios problemas. Compartir las penas es dividir el sufrimiento, pero compartir la felicidad es duplicarla.
Si quieres sentirte afortunado simplemente cuenta todas las cosas que tienes y que el dinero no puede comprar.
Cuando todo vaya mal, se vea sombrío el porvenir y no tengas las fuerzas para seguir, no eches tus quejas al viento; busca a quien pase por un peor momento.
Una palabra de ánimo, una sonrisa, un gesto amable te volverán la vida más agradable al echar una mano a quien lo necesita.
Solo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta. Hace algo que nunca hiciste.
Atrevete. Olvidate que te están mirando.
Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado
No te conformes con ser unomás.
...Sé tu mismo...
CON CARIÑO PARA EL GRUPO
LUNAMARUNIC
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