“Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.”

Hageo 1:5

El pueblo de Israel retorna de un periodo de esclavitud y se encuentra con el Templo de Jehová destruido, lastimosamente los israelitas se dedicaron a sus casan antes de dedicarse a la reconstrucción de la casa de Dios.

Por lo que Dios levanta a un profeta para hacer entender a su pueblo qué debía de ser la prioridad en sus vidas: “Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”

Muchos de nosotros somos un tanto despistados de las necesidades de la casa de Dios (nuestras iglesias),

Primero en la calidad de servicio que estamos prestando, cómo estamos haciendo las cosas, la misma palabra de Dios nos dice que no debemos de hacer la obra de Dios indolentemente porque acarrearemos maldición para nosotros, en el nuevo testamento nos reta a hacer las cosas siempre como para Dios y no como para los hombres, muchos de los servidores de las iglesias hacen las cosas bien solamente cuando sus lideres o pastores están frente a ellos, cuando las cosas debemos de hacerlas con conciencia que es un privilegio que se nos es otorgado a nosotros para hacer cosas que nadie mas lo puede hacer (cada uno de nosotros somos llamados a hacer algo en la obra de Dios que nadie mas lo puede hacer, no por capacidad sino por designio de Dios)

Segundo, abandonamos la casa de Dios en su que hacer diario, dar nuestras ofrendas y diezmos es importantes pero es necesario que colaboremos en tener limpia y bonita la casa de Dios, debemos de tener claro que Dios no habita en templos hechos por manos de hombre pero es ese lugar donde Dios reúne a su pueblo para poder recibir la bendición que Él tiene preparada para nosotros.

Además debemos de saber cuales son nuestras prioridades, si la casa de Dios o las demás cosas, nosotros en múltiples oportunidades nos hemos referido a un texto muy conocido que dice que busquemos primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas vendrán por añadidura, en otras palabras preocúpate por las cosas de Dios (la obra de Dios) y Él se preocupará (atenderá) tus cosas.

Es cierto que debemos de tener una escalera de prioridades, pero siempre antes que cualquier otra cosa debe de estar como prioridad numero uno el Señor de la obra.

Es necesario hacer la obra de Dios para poder recibir las bendiciones del Altísimo.

Los versos 9 y 10 del pasaje original dicen: Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.

Muchos de los cristianos de hoy en día nos preocupamos mas por nuestras cosas que por las cosas de Dios y por esa razón no recibimos las bendiciones de su parte, “se detuvo la lluvia sobre vosotros” ya no hay mas bendición porque el afán de cada día logró que prefirieras tus prioridades antes que las de Dios…

Es momento de reflexionar sobre nuestros caminos, qué es lo que estamos haciendo por Dios y por la obra de Dios, cuales nuestras prioridades, si las personales o las de Dios, cual es la actitud de nuestro corazón para como Dios con relación a nuestros caminos.

Enrique Monterroza