Toda tormenta tiene que terminar
“Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre”.
Salmos 55:22
Todos atravesamos por tormentas en nuestra vida, esa clase de situaciones que tienen su inicio como las peores tormentas que hemos podido experimentar.
Las fuertes tormentas comienzan con opacar el cielo, ponerlo gris y muy nublado, de pronto se dejan oír truenos, los rayos también hacen acto de presencia y la lluvia comienza a caer, llega un momentos en donde los truenos, rayos y agua parecieran que no terminaran, pero luego de unos minutos el agua cesa, los truenos ya no se dejan oír y las nubes grises desaparecen para darle lugar al sol y a lo maravilloso de un panorama después de una tormenta.
Y es que así es también en nuestra vida, hay momentos en donde los truenos, rayos y agua son tan abundantes que creemos que nunca terminaran, que nunca cesara, pero no hay tormenta que no cese, que no termine. Aun el diluvio solo duro cuarenta días y luego ceso.
|