A veces en un momento de furia, decimos cosas sin pensar y practicamos actos impensados, y puede ser tarde...
Cuando la lengua pierde el control de la voz se transforma en nuevas agresiónes; y eso a su vez en gestos desagradables como duras ofensas. Ofender a quien se ama es una herida del alma, que no cicatriza por mucho tiempo. Debemos tener buen sentido para discernir que el amor es mayor que el odio, que la razón siempre vence a la emoción y una palabra amiga puede evitar un confrontamiento.
Recuerda que existen personas a tu alrededor que te aman y que te dan vida.