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~♥~ Reflexiones de Hermes ~♥~: EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 17 DE JULIO DE 2011."EL SEÑOR ESTE CON USTEDES".
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De: hermes sarmiento  (Mensaje original) Enviado: 17/07/2011 20:22

 

El Evangelio de Hoy DOMINGO 17 DE JULIO DE  2011

"Los hombres tienen con frecuencia bastante religión para sentirse enemigos de los que tienen otra; y muy pocas veces tienen la religión necesaria para amarse los unos a los otros".

Domingo XVI semana del tiempo Ordinario.

¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!

“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.

Con alegría leamos la palabra.

“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.

Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla  con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen

Primera lectura

Sabiduría 12,13.16-19
*
En el pecado, das lugar al arrepentimiento*

Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.
Palabra de Dios

Meditación

Los "juicios históricos" de los caps. 11-12 y 16-19 comentan, de forma midrásica, los relatos de las plagas del libro del Ex. Dos fuerzas antagónicas se enfrentan, Israel y Egipto, y el Señor es el juez que emite su veredicto. El Dios de Israel no puede permanecer indiferente a la historia de su pueblo sino que en ella manifiesta su fuerza, su poder, su justicia.
-"Justicia, juicio y poder" son tres palabras que el autor de este libro repite machaconamente mientras exhorta a los poderosos de este mundo a la praxis de la justicia... Y una duda asalta la mente del autor: ¿Dios es justo? Entonces, ¿por qué castiga a la gente cananea que es inocente? Pase el que Dios castigue al Egipto opresor, pero ¿qué pecado han cometido los pobres cananeos para que su territorio sea invadido? ¿No es un abuso del poder divino? El autor trata de responder a estos interrogantes en la unidad 12. 13-21 (nuevamente la liturgia recorta la unidad sin control alguno).
* Texto.- Con demasiada frecuencia -lo podemos comprobar todos los días- el poder humano es fuente de arbitrariedades, de flagrantes injusticias en todos los terrenos. El autor de la Sabiduría, y toda la Biblia, nos habla con frecuencia de ese poder basado únicamente en la fuerza. Sus frutos no pueden ser más nefastos: los honrados y desvalidos, incapaces de reaccionar con la misma moneda de la fuerza, son atropellados sin piedad alguna; se cierran las entrañas ante los seres más indefensos como crueles alimañas (cf. Sb 2. 10 ss.)... Ya el profeta Miqueas recordaba cómo esta gentuza trama el mal en la cama y "al amanecer lo ejecutan porque tienen el poder" (2. 1). Y lo más terrible que puede ocurrir es que estos "personajillos" se percaten de que su poder se está recortando, ya que esta limitación despierta en ellos una ambición mayor de poder y pisotean, si es necesario, a todo el que se les ponga por delante, incluso a la misma justicia.

Salmo: 85

*Tú, Señor, eres bueno y clemente. *
Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R.
Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre:"Grande eres tú, y haces maravillas; / tú eres el único Dios." R.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí.

Segunda Lectura.
Romanos 8,26-27
*
El Espíritu intercede con gemidos inefables*

Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios

Meditación

No sólo la creación entera padece dolores de parto y suspira por la manifestación de los hijos de Dios, no sólo nosotros mismos, sino también el Espíritu que ha sido derramado en nuestros corazones (5. 5). El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, es decir, en ayuda de nuestra incapacidad de orar, pues normalmente somos insensibles a la necesidad que padece el mundo y ciegos para descubrir nuestras miserias, de manera que no sabemos pedir a Dios la salvación con toda nuestra alma y con todas las fuerzas. Cuando nuestra oración anda por los suelos, viene el Espíritu a levantarla hasta el cielo.
El Espíritu no necesita orar con palabras articuladas; puede orar y ora en nosotros de un modo inefable, y nos une al Padre que nos lo ha enviado. Es posible también que Pablo esté refiriéndose a la oración carismática de los que hablan "en lenguas" en medio de la comunidad, una oración en la que ni siquiera los que la hacen la comprenden y resulta ininteligible para los que la escuchan, pero que tiene un sentido que Dios revela por medio de sus profetas.
El que escudriña los corazones, Dios, reconoce en estos gemidos inefables la oración del Espíritu por nuestra redención.

El Espíritu Santo ora en nosotros 
Es el fruto más admirable de la presencia del Espíritu en nosotros: nuestra posibilidad de acceder a Dios. Ya nos lo recordaba el final de la lectura del domingo pasado: tenemos en nosotros las primicias del Espíritu. Con todo, nuestra salvación es objeto de esperanza... Esperar lo que no vemos, es saber aguardar con constancia.

El Evangelio De Hoy

Mateo 13,24-43
*
Dejadlos crecer juntos hasta la siega*

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: "El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'"
[Les propuso esta otra parábola: "El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas."
Les dijo otra parábola: "El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente."
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: "Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo." Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo." Él les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga." 
Palabra del Señor

 

Reflexión

La predicación de Jesús sobre el Reino de los Cielos trasciende las expectativas de sus contemporáneos y transparenta una imagen nueva del rostro de Dios. Es cuanto emerge de las tres parábolas del evangelio de hoy. Contrariamente a lo esperado, el Reino de Dios no tendrá una dimensión triunfal en la historia; la victoria sobre los opositores y las fuerzas del mal no se llevará a cabo en este mundo. Esto no significa que Dios, el sembrador de la buena semilla, de alguna manera sea derrotado. Más bien, porque es dueño de la situación, puede frenar la impaciencia de sus siervos (vv. 28-30). Ciertamente, la buena semilla comienza a crecer junto con la cizaña; en nuestra historia, el bien siempre estará obstaculizado por el mal. Pero Dios ve el tiempo desde la perspectiva de la eterna meta final (vv. 39-43): sólo con la siega tendrá lugar el discernimiento definitivo.
Es una lección de sabia paciencia ante fariseos y zelotas de cualquier generación, partidarios, de distintas formas, de una pureza religiosa y nacionalista que excluye sin apelación a los “otros”. Y también lo es para nosotros, dispuestos a constituirnos rápidamente en jueces y verdugos.
Otra enseñanza «contra corriente» viene de la parábola siguiente (v. 31 ss): el Reino de los Cielos no tiene la apariencia desbordante que se esperaba. Esté cerca y presente (cf Mc l,15), pero es insignificante en su aspecto, como el grano de mostaza. Sin embargo, desde este estado incipiente germinará una exuberante realidad vital. Dios realiza cosas admirables sirviéndose de instrumentos y materiales humildes. Es la enseñanza gemela que también se desprende de la parábola de la levadura (v. 33): el Reino de los Cielos es una pequeña cosa en este mundo, está oculto y amasado con los acontecimientos de la historia humana, y contiene en sí una potencialidad y un dinamismo irresistibles. Los «hijos del Reino» (v. 38) nunca deben separarse del resto de la humanidad, sino fermentar desde el interior las situaciones, seguros de que nada les impedirá producir frutos desde el amor, que subsistirá eternamente (vv. 30h.43; cf 1 Cor 13,13).
La liturgia actual nos invita a abandonar los esquemas habituales de pensamiento para asumir los pensamientos de Dios, que sobrepasan a los nuestros, como el cielo dista de la tierra (cf Is 55,8ss). Cuántas veces, viendo que el mal quedaba impune, nos liemos preguntado: dónde está la justicia de Dios. Cuántas veces, al surgirnos absurdas dificultades, hemos exclamado: «¡hasta cuándo...!»
La Palabra, hoy, nos muestra la paciencia de Dios y nos ayuda a comprender mejor la maliciad de su Reino. Para nosotros, es fuerte quien supera cualquier dificultad, tiene éxito y está seguro. Para Dios, la fuerza está en el amor, hasta el punto de que el Omnipotente es, por decirlo así, el «Omni-paciente». Espera, otra vez, de nuevo y siempre, a que cada uno de sus hijos se arrepienta: la puerta de la casa paterna siempre está entre abierta para todos hasta el día definitivo. Y aún más, no se limita a esperar, sino que sale al encuentro, haciéndose débil con los débiles, para conducir a la humanidad hacia la redención plena, la nueva creación, la realización del Reino.
A través de la cruz de Cristo y de los gemidos del Espíritu, que habita en nosotros, el Padre acompaña, sostiene y sustenta el peregrinar del hombre a lo largo de la historia. El enemigo nos obstaculizará, pero no podrá frustrar el plan de Dios. De nosotros depende apresurar el paso. ¿Cómo? Haciendo nuestro, en las situaciones concretas, el modo de actuar divino; evitando los inexorables juicios condenatorios, apagando el ferviente deseo de erradicar el mal con la fuerza.
Aprendamos a cosechar en las realidades más humildes e insignificantes las grandes ocasiones de caridad que se nos presentan. Entonces, el tiempo de los hombres fermentará con la levadura del amor de Dios; entonces, el Reino de los Cielos crecerá desmesuradamente en nuestra historia; entonces, el gemido del Espíritu se convertirá en canto de alabanza impetuosa de toda la creación.

Señor Jesús: Hoy nos dices que el Reino de los cielos  está ya en el mundo:
Con dificultades, como el trigo en medio de la cizaña.Con gran capacidad de crecimiento, como el grano de mostaza.Con fuerza de contagio, como el fermento de la harina.En la parábola del sembrador, la semilla es la Palabra de Dios.Hoy “la semilla son los ciudadanos del Reino”.Que sepamos descubrir a fondo, que el sembrador  y la palabra sembrada  eres Tu.  La “palabra hecha carne”. Tú eres el “grano de trigo” que muere en la tierra, y da frutos de vida.
Danos, Señor, la fe y la paciencia necesaria para esperar en el fruto. Del trabajo desinteresado de tantas personas y creer en la eficacia de Tu Palabra.
Nos pides ante los problemas de nuestra sociedad que seamos “levadura”.
Que Tu Palabra, nos ayude a sembrar “semillas” de amor a nuestro paso y que en todo momento estemos dispuestos a tender una mano a quien lo necesite.
Cada uno, llevamos el Reino por dentro  y este Reino vive dificultades, queremos crecer, pero hay cizaña que lo impide.Quisiéramos contagiar fermentar como la levadura pero encontramos resistencia.Danos, Señor Jesús una gran confianza en ti, para esperar el crecimiento silencioso del bien.
Para ver en todos “la semilla” del Reino que Tú sembraste.Para exponer nuestras “ramas” como nidos de acogida.Que como Jesús en sus parábolas, tratemos de introducir en la vida la experiencia de Dios.Que las tres parábolas de hoy, nos calen hasta lo más profundo sin olvidarnos que Dios está en lo “pequeño”,  en lo “sencillo”. en la vida.Señor Jesús,  yo confieso que he pecado contra Ti, Por favor perdóname por haber andado en mi propio egoísmo y limpiadme.  Yo te recibo como mi Señor y Salvador. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios, quién vino a la tierra, murió en la cruz, derramo su Sangre por mis pecados, y se levanto de los muertos. Dame tu fuerza, Señor. Ayúdame a vivir mi vida de forma que te agrade.  Gracias por abrir el camino para yo poder orar a Dios el Padre, en tu nombre. Yo me regocijo en tu promesa, de que viviré contigo toda la eternidad en el cielo.
Señor bendice nuestra casita y a todos sus integrantes de este bello grupo familiar y de amistad, que en sus corazones brille la paz, también en cada uno de sus familias, que todos gocen de buena salud, al igual que sus familiares. Que no exista los celos y la envidia, porque todo esta hecho con dedicación amor y trabajo. Te lo pedimos Padre Amado en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Alabado seas Señor, Bendito sea tu Santo Nombre Señor.Amén y Amen

GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS

* Te agradecería compartieras con tus amistades este mensaje.
Con el mayor de mis respetos. Saludos. Dios los Bendiga. *

GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.

 Si deseas escribirme, hazlo a este correo.

Así, responderé oportunamente.

Gracias

Hermes281955@hotmail.com

Hermes Sarmiento G

De Colombia

Nota Importante:

 Las imágenes que  utilizo en este mensaje, son a modo de ilustración, y no para adoración.

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De: Graci Enviado: 18/07/2011 03:45

 

 



 
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