Momentos robados, que terminan de prisa Cuando te espero mas allá de los muros, Junto al puente de piedra salpicado De musgo tibio, húmedo y oscuro.
Me siento a su cómplice resguardo, Sueño el reflejo de mis ojos en los tuyos, Mientras un tenue rayo de humo blanco Se mece adormecido entre los juncos.
El tiempo queda en lánguido suspenso Al posarse mis labios en los tuyos, Y vuelve eterno y mágico al instante En el que al fin, podemos estar juntos.
Y confidentes, las piedras lo saben, Que no existe un amor mas profundo, Mudos testigos de los besos, las promesas, De las caricias, las miradas, los arrullos.
Aunque quisiera a toda voz, gritar tu nombre, Tomar tu mano y besarte frente al mundo, Se que este amor ha de vivir solo en mis labios Y cada noche, junto al puente...unos minutos.
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