“Ya rías, ya llores, la vida dura lo mismo”, se dice en el Japón. Este refrán popular
resume perfectamente muchas y universales experiencias de la vida. La vida es limitada en el tiempo.
Pero cada individuo es responsable y libre para organizarla a su manera.
Pasar la vida llorando o riendo es asunto exclusivamente personal.
Algunos piensan que esto no es exacto: yo no soy libre, por ejemplo, para decidir
si hoy me va a suceder una desgracia, ni si me va a ser arrebatado un ser querido.
Por supuesto, en todo refrán hay algo de exageración.
No se trata de eliminar definitivamente las lágrimas, porque también hay un tiempo para llorar.
Lo que, concretamente, quiere decir el refrán japonés es que de nosotros depende pasar
la mayor parte de la vida llorando o riendo, deprimidos o exultantes.
En nuestra mano está, y de nosotros depende, la manera de reaccionar ante los desafíos de la vida.
Quien tiene el valor de llorar hasta desahogarse en la desgracia, puede luego reír tranquilo.
Quien reprime violentamente sus lágrimas, irá siempre lloroso por la vida
. Y eso es cosa exclusivamente de él.
Me contactan y escriben muchas personas que comienzan contándome todas sus cuitas y sus males.
Yo les digo siempre: “Al oír por las mañanas el despertador, OPTA DECIDIDAMENTE POR LA VIDA.
Decídete hoy mismo por la vida. Da gracias a Dios por el don de la vida.
Intenta aceptar el día de hoy tal como se presenta, aunque no venga cargado de alegría pura.
Y si optas por la vida, establecerás contacto con tus energías, con tu vitalidad,
con tu capacidad para la alegría; y ello, aun cuando tengas ganas y necesidad de llorar”
Coach Paco Morales.
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