Bautize en una noche, cien millones de estrellas, y tuve el privilegio, de poderlas besar. Descendí hasta la Tierra, y con mil rosas bellas, adornaron mi cuerpo, las gaviotas del mar.
Me sumergí en las aguas, del océano profundo. Los preciosos corales, me hicieron un collar. Traspase los umbrales, de un acuático mundo, descubriendo misterios, que no he de revelar.
Volé junto a la luna, le conté mis secretos. Seguí sobrevolando el mundo, y al final, llego la amarga hora, de los hechos concretos,
porque el mundo del sueño, también tiene final!
A/D
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