Mi queridísima Lucía:
A pesar de no venir mucho a tu Panel, amiga mía del alma,
quiero que sepas (y sé que lo sabes) que tu recuerdo siempre
estará conmigo, dentro de mi corazón, amadísima amiga.
¡¡¡Fuiste una amiga tan dulce, tan amada!!! Si hasta tu despedida
fue, para mí, desconcertante, porque al leer las palabras de tu amada hija,
de cómo quisiste despedirte de nosotros, de mí, fue algo que no esperaba:
Tu Paz, Tu Despedida, Tus Palabras... nunca, nunca, las olvidaré, mi vida.
No sé si muchas personas pueden, en sus últimos momentos,
tener la entereza que tú tuviste, mi amorosa Lucía.
¡¡¡Te amo mucho mi adorada Lucía!!!
¡¡¡Fuiste y serás nuestro Angelito Guardián!!!
¡¡¡Que Nuestro Señor te tenga siempre a su Bendito Lado!!!