"Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría". Salmos:30, 6
Hay momentos en la vida en los que uno está cansado. Se suman los problemas, se incrementan las malas noticias, todo parece salir mal. Y justo en esos momentos, parece como que Dios no escucha el pedido de ayuda.
Hay momentos en los que parece que todo va de mal en peor, y no hay solución posible. Justo en esos momentos es cuando uno más se desanima. El desánimo paraliza, desmotiva y hace perder los objetivos.
El desánimo es otro mal de este siglo, que cada vez con más fuerza se apodera de las personas. "Para que me voy a esforzar si nada va a cambiar", "ya no me preocupo más, si todo sigue igual".
El desánimo mina la voluntad, a tal punto de hacernos indiferentes. Dejamos que la vida nos pase por arriba, y nada importa.
El salmista, por un minuto se sintió así, abandonado, solo y sin fuerzas. Pero hace esta reflexión maravillosa que cambia totalmente su actitud.
Puede ser que hoy todo esté mal, que nada mejore, que todo siga igual, pero hay esperanza. La misericordia de Dios es eterna. Es el motor que impulsa las nuevas ganas de actuar. De salir del sopor del desánimo y dar otro paso.
El favor de Dios dura toda la vida. Es permanente su bondad para con nosotros, no se acaba, no se devalúa, no se diluye. Y aún en medio de los problemas, por más graves que estos sean, el favor de Dios está presente. Justamente porque Dios es Dios, porque es Grande y Eterno y porque es Amor.
Quizás no como la solución al problema, pero sí se muestra en otras cosas. En la sonrisa de alguien, en un abrazo sincero, en una palabra de aliento, en un llamado oportuno, en una esperanza que asoma.
Y siempre después de la tristeza, del dolor y de la angustia, viene la alegría. Es cierto que sería mejor no pasar por esas amargas experiencias, y disfrutar de días alegres permanentemente.
Pero eso no es posible. Por eso frente al desánimo generalizado, Dios garantiza su eterno favor. Para revertir ese estado de letargo, para permanecer de pie.
La elección es tuya.
Reflexión.- Desanimarse es fácil, superarse es tu opción
Desconozco su autor
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