Ojitos de Ilusión
Miraba desde el cielo azul profundo, amplio, inmenso.
Una noche tan especial.
Tintineaban cual canto de pajarillos salvajes, un mar de estrellas.
Cuántas casas,
cuántas personas, cuántos pensamientos.
Detenido por los aires, seguía observando. Mis alces ya cansados y con
mucha sed.
Observaba tantas caritas!. Una muñeca para mí, susurraba una pequeña.
Un auto control remoto, repetía un niño.
Y era un juguete tras otro, una bicicleta,
un jueguito de te; una computadora, unos rollers...
Pero allí estaba Pedro. Ojitos de ilusión mirando a través de la ventana.
Campo traviesa,
la media luna se reflejaba en el lago, repitiendo el pedido del niño.
Esta noche sólo
quiero que todos los niños del mundo tengan mucho amor.
Los niños que tienen
casa y los que duermen en la calle. Los que tienen mamá y los que ya no
la tienen.
Los que comerán y los que no. Los que trabajan y los que no.
Y al escuchar ese pedido del corazón, hasta mis alces tomaron
nuevamente fuerzas
Miré hacia abajo. Distinguí la humilde casa de campo donde vivía
Pedro y bajé.
Tendrían que haberle visto sus ojitos de ilusión.
Nunca olvidaré un rostro así.
Y con palabras entrecortadas,
preguntándome si realmente yo era papá Noel, le
dije que sí y que esta noche se cumpliría su sueño: tendrían amor todos
los niños del mundo. Todos ellos tendrían hoy ojitos de ilusión.
Besitos
Mary