Margarita
La margarita hoy no adorna la pradera,
de su pureza no se advierte el resplandor;
ya su blancura no engalana la ladera…
quizás retorne con la luz de un nuevo albor.
Las mariposas en bandada alzaron vuelo,
de risa y cantos no se escucha el retintín
todo el entorno lo ha cubierto un turbio velo;
sin margaritas no hay perlas en el jardín.
Este silencio es un triste día de invierno,
un débil fuego que no esparce su calor;
¿por qué la risa y el cariño fraterno
se han ocultado al abrigo del dolor?
Siempre el mañana aparece en su momento,
que sea entonces la esperanza eterno afán;
es mal amigo en el camino el desaliento,
con su presencia las risas se apagarán.
Solo el presente es realidad palpable y cierta,
ayer es hoja con huellas de nuestro andar,
rompe el silencio y por favor abre la puerta,
porque el futuro es el presente al despertar.
Sé que el abrazo no da fuerza ni consuelo,
que las palabras son sonidos sin razón;
pero a tu lado llegó un ángel desde el cielo
que te susurra dulcemente una canción.
No des posada a temores ni quebranto,
deja que vivan en tu alma risa y paz,
y si tus ojos se nublan por el llanto
deja que el sol al despertar bese tu faz.
|