La obesidad puede acelerar el envejecimiento. En los ancianos la obesidad puede llegar a convertirse en una patología de base que acarrea otras múltiples alteraciones. Los últimos estudios indican que la obesidad puede acelerar el envejecimiento e incluso puede acelerar la mortalidad en este grupo de población. Los protocolos basados en dietas alimenticias adecuadas, así como ejercicio y modificación de hábitos, son capaces de revertir la situación.
La obesidad está ligada directamente a un descenso de la calidad de vida que se agudiza en el caso del anciano debido a las complicaciones metabólicas, unidas a la acumulación excesiva de grasa corporal. Este fenómeno, que se ha analizado en el curso de verano Obesidad: la enfermedad del siglo XXI en el mundo moderno, celebrado en la Universidad de Salamanca, se traduce principalmente en un mayor índice de mortalidad prematura en los obesos. Así lo ha manifestado Rafael Gómez Gómez, miembro del Instituto de Salud y Longevidad, que integra a investigadores de distintas universidades españolas y cuyos trabajos van dirigidos a la prevención de enfermedades en la vejez.
Según el especialista, de la relación entre obesidad y envejecimiento se desprende que "los obesos envejecen menos, porque viven menos". Esta afirmación se basa en recientes estudios entre los que destaca uno noruego, que tras realizar un seguimiento a 1.700.000 personas durante diez años, "demuestra claramente que en las personas con un IMC superior a 29-30 el crecimiento de la mortalidad es exponencial, al igual que la aparición de complicaciones cardiovasculares, metabólicas e incluso neoplásicas".
Complicaciones En este sentido, ha explicado que la obesidad implica dos tipos de alteraciones graves para el anciano. Por un lado, "la complicación de enfermedades como la hipertensión arterial, que es 2,5 veces más frecuente en obesos, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus e incluso ya hay estudios que hablan de una mayor prevalencia de las neoplasias en obesos". Además, existen una serie de alteraciones para la estética, e incluso psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio, pues producen numerosas dificultades: trastornos venosos, linfáticos, edemas cutáneos.
En cuanto al tratamiento, las particularidades del anciano desaconsejan, según Gómez, las dietas restrictivas, ya que "cualquier deficiencia nutriente puede tener más repercusiones negativas que el mantener una cierta obesidad".
El cuerpo, con el paso de los años, sufre una serie de cambios fisiológicos que están directamente relacionados con el proceso de envejecimiento celular y con una tendencia a llevar una vida más sedentaria. Entre otros aspectos, disminuye el agua del cuerpo y la sensación de sed, generando un riesgo de deshidratación involuntaria. Aparecen problemas de la visión y el olfato, lo que hace menos atrayente la comida. Si a esto se suma la pérdida de las papilas gustativas y las dificultades para mascar y tragar, las personas mayores van dejando de lado su alimentación.
En consecuencia, las dietas restrictivas terminan por ser una terapia desaconsejable. Finalmente, con el paso del tiempo se reduce la masa muscular, aumenta la grasa corporal y disminuye la absorción digestiva de los nutrientes esenciales.
Estas particularidades, según el experto, obligan a optar por la terapia preventiva en detrimento de la curativa, y las medidas de prevención se deben centrar en el ejercicio físico adecuado a las características de cada paciente y en la educación sobre los hábitos alimenticios.
Actuaciones Esos dos pilares, ejercicio y educación alimentaria, centran el protocolo de seguimiento de la obesidad que se aplica en el Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona, y que ha sido presentado en Salamanca por Mercé Planas Vilá, coordinadora de la Unidad de Nutrición del centro catalán.
Esta especialista ha señalado que el 50 por ciento de los pacientes sometidos a un seguimiento multidisciplinar y que cumplen unas determinadas pautas de ejercicio y alimentación alcanzan los objetivos de reducción de peso marcados por los expertos.
El grupo, compuesto por facultativo, dietista y enfermera, en una primera fase valora cómo se encuentra el enfermo. Esto incluye revisión de la historia clínica, valoración antropométrica, encuesta dietética y pruebas de densitometría. En función de los resultados se indica una dieta y se pactan los objetivos (pérdida de medio kilo en 7-10 días) con el paciente, que seguirá acudiendo periódicamente a consulta. Por qué cuidar tu peso. Comer, puede significar el hecho de experimentar una buena comida, hacer algo saludable por el cuerpo, o pasar un tiempo agradable con la familia o amigos. Muchos eventos sociales como las fiestas y reuniones involucran a la comida. Pero, para una persona que sufre un desorden de la alimentación, el hecho de comer puede involucrar otros muchos sentimientos diferentes. El miedo intenso a ganar peso, y los pensamientos constantes acerca de la comida y de las consecuencias del comer, se vuelve una obsesión para quien sufre de un desorden de la alimentación.
La obesidad es consecuencia de trastornos del sistema endocrino sólo en contadas ocasiones. No es un trastorno congénito, y los bebés obesos no siempre lo son durante todo su desarrollo. La obesidad es la consecuencia de un aporte de energía a través de los alimentos que supera al consumo de energía a través de la actividad. Se ha demostrado que obesos y personas de peso normal pueden comer lo mismo, pero mientras las personas no obesas reducen la ingesta más tarde para compensar este aporte excesivo, los obesos no lo hacen. La obesidad puede también deberse a la falta de actividad, como sucede en las personas sedentarias o postradas en cama.
Algunas de las enfermedades relacionadas con la obesidad son diabetes, complicaciones de la vesícula, trastornos cardiovasculares y artritis. La diabetes es producida por una alteración del metabolismo de los carbohidratos en la que aparece una cantidad excesiva de azúcar en la sangre y en la orina. La obesidad como factor de riesgo La esperanza de vida del obeso disminuye en relación con su sobrepeso, es decir, el sobrepeso hace que viva menos años, la mortalidad se duplica, este factor se multiplica cuando se asocian a otros factores como: tabaquismo, hiperlipemia, hipertensión arterial o diabetes.
Mayor frecuencia de enfermedades del corazón e hipertensión (10 veces superior en obesos).
Relación con diversos tipos de cáncer: en varones de próstata y colon, en las mujeres: endometrio, cérvix y mama. Otras patologías: También está relacionado con cosas tan variadas como la diabetes, hipo ventilación pulmonar o disminución de la testosterona en varones, o infertilidad e irregularidades menstrualesen mujeres.
Además del aspecto estético, que puede tener mayor o menor importancia, el sobrepeso influye negativamente en la salud y en la calidad de vida.
Está demostrado que el sobrepeso, además de elevar la presión arterial limita la efectividad de los fármacos, de tal forma que a mayor sobrepeso mayor cantidad de fármacos y peor control de las cifras tensionales. La reducción del sobrepeso es una medida esencial del tratamiento de la hipertensión, pero no es necesario llegar al peso ideal: una perdida de 3-4 Kg repercute de forma importante en el control tensional. El sobrepeso es una de las principales causas de hipertensión resistente a fármacos, es decir, de hipertensión que es de muy difícil control y si usted es un hipertenso obeso debe esforzarse en adelgazar aunque este siendo tratado con fármacos antihipertensivos. Las personas que sufren un desorden en la alimentación se caracterizan por: Extremistas en cuanto a consumo de alimentos, que puede manifestarse por una pérdida severa de peso, rápidos aumentos de peso, o fluctuaciones muy importantes en peso.
Esta a disgusto con su imagen corporal, a menudo acompañado de una distorsionada percepción de las señales del cuerpo (hambre, enojo, fatiga, etc.).
Prácticas poco saludables para mantener el peso, como son: ayuno, inanición, comer compulsivamente, uso indiscriminado de laxantes, medicamentos para bajar de peso, diuréticos y exceso de ejercicio.
Un miedo irracional a engordar y un deseo obsesivo de adelgazar. Dr. Alejandro C. Flores El estrés facilita el acopio de grasa en la cintura. La mayoría de las mujeres premenopáusicas acumulan grasa de una manera que los médicos denominan periférica, alrededor de las caderas, en lugar de hacerlo de forma central, sobre el vientre, como los hombres. La grasa abdominal en ambos sexos se ha asociado con un riesgo más elevado de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
En épocas de estrés, el cuerpo libera una hormona denominada hidrocortisona que también provoca que la grasa experimente una acumulación central, por lo que los investigadores examinaron a un grupo de 30 mujeres con grasa abdominal que no experimentaban otro tipo de sobrepeso, y compararon su respuesta al estrés con la de 29 mujeres con sobrepeso en las caderas pero no en otras partes del cuerpo. En un artículo publicado en la última edición de Psychosomatic Medicine, los investigadores explican que las mujeres con grasa abdominal se sentían más amenazadas por las tareas estresantes, las desempeñaban peor y segregaban sistemáticamente más hidrocortisona. Mostraban menos capacidad para adaptarse a las tareas incluso cuando se familiarizaban con ellas, lo cual significaba que sus niveles de hidrocortisona se mantenían elevados al segundo y tercer día del experimento. La hidrocortisona disminuía en el grupo de comparación. Ánimo negativo. Las mujeres con grasa abdominal también se describían a sí mismas con "más estados de ánimo negativos y niveles más elevados de estrés vital", afirmó Elissa S. Epel, la psicóloga que dirigió el estudio de Yale y que trabaja en la Universidad de California, en San Francisco."Una mayor exposición al estrés vital o una vulnerabilidad psicológica al estrés puede explicar el aumento de reactividad de la hidrocortisona", explicó Epel."A su vez, la exposición a la hidrocortisona puede haberlas llevado a acumular más grasa abdominal". Es necesario un estudio más amplio para delimitar el papel de los rasgos genéticos en la distribución de la grasa, afirmó Epel, y dejar claro si la vulnerabilidad al estrés causa acumulación de grasa abdominal o es simplemente un fenómeno paralelo. Los niveles de hidrocortisona se pueden reducir con suficiente sueño, ejercicio y relajación, explicó la psicóloga, y añadió que este consejo es válido para ambos sexos.
Las plantas al rescate.
Hemos de partir que la hierbecita o plantita mágica no existe ya que las causas de la obesidad pueden ser muy diversas: Un problema de Tiroides o un metabolismo basal muy lento (tu cuerpo "quema" muy poco). Que haya estreñimiento. Hinchazón abdominal por gases, digestiones pesadas. Desordenes hormonales. Malos hábitos alimenticios. Desequilibrios nerviosos. Consecuencias de medicaciones.
Así pues, recomendaremos, en primer lugar, tratar de averiguar cual es nuestro caso.
Plantas estimulantes del metabolismo de las grasas.
El metabolismo de las grasas depende de muchos factores como por ejemplo la Tiroides, la cantidad de proteína que tomamos en la dieta y nuestra genética entre otros. Las plantas con más éxito en estos momentos debido a su buen sabor, a sus probados efectos sobre el sobrepeso y además por sus múltiples beneficios para la salud son el Té Verde y el Té Rojo PU ERH. Su ventaja principal es que no cuesta nada incorporarlos a nuestros hábitos diarios ya que pueden sustituir al Café o al Té Negro fácilmente.
El alga Fucus y Kelp también son buenas aliadas sobre todo cuando nuestro especialista nos confirma que necesitaríamos un poco más de Yodo.
Plantas con efectos saciantes.
Hay veces que nos entra un hambre canina, sin explicación aparente y no pararíamos de comer en todo el día. Una vez descartada una posible Ansiedad tenemos aliados para cortar un poco el hambre.
El Glucomanano es una fibra extraída de una leguminosa exótica de India e Indochina. Esta fibra llega a absorber hasta 200 veces más agua que su peso en seco y se hincha en nuestro estómago provocando una sensación de saciedad.
El Goma guar es una planta originaria de India y Pakistán. Es similar en sus propiedades al glucomanano y puede absorber 50 veces su peso en agua.
El alga Espirulina también tiene un efecto muy saciante añadiéndose a la vez un efecto depurativo y remineralizante siendo de gran ayuda en las dietas de pérdida de peso ya que aporta mucho Hierro y proteínas.
Plantas diuréticas.
Hay muchas personas que cuando notan hinchado su Estómago o abdomen corren a buscar un diurético. Cuidado porque la mayoría tienen sólo un problema puramente digestivo. Hay que ver si se nos hinchan los de dos de manos o pies, o los ojos (consultar al especialista). Hay que vigilar no abusar de los diuréticos para que no nos baje el nivel de Potasio ya que podríamos tener arrítmias, calambres y otros problemas de salud. Los más conocidos son la Cola de Caballo, el Abedul, el Estigma de Maíz. La Velosilla o Pilosella es más desconocida siendo, en cambio, una de las que produce más cantidad de orina sin apenas alterar los niveles de Potasio.
Plantas depurativas.
Eliminar tóxinas es, evidentemente, una de las cosas más importantes si queremos que nuestro organismo trabaje correctamente y elimine todos aquellos residuos que no necesitamos. La Alcachofa y el Diente de León son dos de las plantas más depurativas tanto del Hígado como de los Riñones. Son, pues, buenos aliados cuando necesitamos depurar y eliminar. Debería ser el primer paso para cualquier tratamiento.
Plantas digestivas.
La hinchazón del vientre es uno de los problemas más habituales. Comer a deshoras, rápido y con una dieta poco saludable suelen ser la causas. Hemos de elegir las que tengan mejor sabor ya que así las asociaremos a una buena comida y será por tanto más fácil que entren a formar parte de nuestros hábitos. El Anís verde o Matalauva, la Menta Piperita, el Hinojo y el Regaliz (cuidado los hipertensos) son las más conocidas por su rico sabor y su buen resultado.
Plantas tranquilizantes.
Que duda cabe que el sistema nervioso es la pieza clave de nuestro organismo y que si él no funciona bien algo fallará. A menudo tras épocas de nervios y estrés observamos que nos hemos engordado varios kilos. Aunque no sea el peso nuestro problema, una hierbecitas tranquilizantes seguro que nos irán muy bien. La Melisa, la Pasiflora o Pasionaria, el Azahar, la Tila y la Manzanilla son algunas de las más conocidas. Recomendamos especialmente la Melisa porque regula de una forma espectacular aquellos problemas digestivos de tipo nervioso; además tiene un sabor muy agradable.
Plantas laxantes.
Lo que está claro es que si no evacuamos nuestros deshechos cada día nuestro cuerpo se va autointoxicando. Así, nos sentiremos hinchados, poco ágiles, nerviosos y en general con una sensación de malestar. Evidentemente si queremos perder peso la primera cosa es empezar a regular el estreñimiento. Hay desde plantas que simplemente aportan fibra o mucílagos (Zaragatona, Malva, Linaza) a otras que estimulan los intestinos directamente (Cáscara Sagrada, Sen, Frángula, etc).
Por supuesto primero hay que cambiar de hábitos dietéticos, beber más agua y hacer más deporte. Si aún así necesitamos alguna planta para ir al baño mejor preguntar a un especialista. Josep Vicent Arnau. Naturópata y Acupuntor.
Colaboración CL Gonzalo Retamal Moya
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