SÓLO PORQUE “TE AMO”
En un precioso día de primavera, salí a almorzar debajo de un gran árbol. Yo estaba sola, pero fue bueno dejar mi lugar de trabajo y pasar algunos minutos fuera para comer una merienda campestre sin compañía.
Últimamente he estado reflexionando sobre la soledad de mi vida, varios años después del divorcio, y un gran cambio. Yo había terminado de criar sola a mi familia y estaba ocupada en sobrevivir trabajando en el mundo de 1900. Quizá fue por eso que no había encontrado un nuevo compañero, alguien con quien pudiera compartir mi vida y mi amor. Yo nunca había entrado, realmente, a la plaza de los solteros, que siempre estaba dominada por un número mayor de mujeres (y mujeres jóvenes) que de hombres. Yo me mantenía ocupada con las actividades de mi hija joven y visitando a mis hijos jóvenes y a mi nuevo nieto, como también participando en los grupos de mi iglesia.
En la oficina había bastantes mujeres casadas, que a veces recibían flores de sus esposos. Los arreglos florales, a menudo, traían notas, diciendo que las flores fueron enviadas sólo “porque te amo”. Yo admiraba las flores, pero aún más, los sentimientos que ellas acarrean. Casada y desdichada por muchos años, nunca me acostumbré a recibir nada por el sólo hecho de ser amada. Yo ansiaba flores como aquellas enviadas a mujeres amadas.
En la mesa de la merienda, al comenzar mi comida, sentí caer algo sobre la hierba. Miré arriba y vi aquel árbol enorme, bajo el cual yo estaba sentada, estaba lleno de flores que colgaban y se podían alcanzar. No las había notado, porque no había mirado hacia arriba.
Inmediatamente, noté que había sido premiada con flores, bellas flores de alguien quien me amaba. ¡Dios no me iba a dejar sin mi propio regalo, Su Amor! Yo me paré en una orilla y reuní algunos capullos de los que colgaban. Los llevé a mi escrito y los coloque en un jarrón de cristal. Fue maravilloso verlos mientras trabajaba y, recordar durante el día, que Dios deseaba que yo tuviera flores, sólo porque me amaba!.
Suzanne F. Diaz
De la Revista Virtud
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