La gemela de Mona Lisa
Agencias - jueves, 02 de febrero de 2012
El Museo del Prado descubre entre su fondo una copia del famoso cuadro de Leonardo Da Vinci "La Gioconda", realizado, según los expertos, por un ayudante del taller del maestro
El Museo del Prado tiene su propia Mona Lisa, una copia de la obra del maestro italiano que llevaba colgada en las paredes del Museo desde hace 14 años, hasta que un estudio técnico con motivo de una exposición en el Louvre desveló que el repinte negro que cubría el cuadro ocultaba un paisaje, realizado dos centurias después. Este hallazgo hace concluir a los investigadores de la pinacoteca que la copia fue pintada en el taller de Leonardo da Vinci y fue una de las primeras en salir de su bodega. «Este descubrimiento nos invita a mirar con otros ojos la original y es probablemente la primera copia de la Gioconda realizada por algún discípulo del maestro inventor», subrayó ayer Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana del Renacimiento del Museo del Prado en un improvisado encuentro con periodistas tras conocerse la conclusión de las investigaciones. Los estudios y análisis técnicos comenzaron hace dos años cuando se lo pidió el Museo del Louvre de París con motivo de la exposición que inaugurarán en marzo dedicada al cuadro La Virgen, el niño y Santa Ana de Leonardo, pero fue gracias a las radiografías y fotografías con infrarrojos cuando aparecieron una serie de elementos, hasta entonces desconocidos, el principal de ellos, el paisaje. «Es un paisaje extraordinariamente similar al original», apuntó Falomir, quien subrayó que tras el análisis de pigmentos se concluye que el repinte negro que cubría la Mona Lisa del Prado es, al menos, 200 años posterior al original. El cuadro, comparado con el original, presenta algunas pequeñas diferencias pero lo más interesante, según Falomir, demuestra que, «con absoluta certeza», está hecho en el entorno de Leonardo da Vinci o en el propio del taller del pintor. «Es consecuente con la técnica y las características de las obras que están producidas en el taller del artista, es una de las muchas réplicas que hacían sus ayudantes», alegó el experto. Respecto a la autoría, el conservador precisó que las investigaciones están en un estado premilinar, pero avanza que tiene similitudes con la trayectoria de uno de sus discípulos, Francesco Melzi, y se descarta por completo la intervención de la mano del maestro. La obra llegó al Museo del Prado procedente de la antigua Colección Real. No se sabe exactamente la fecha de su llegada a España, pero Falomir apuntó que ya en nuestro país en las primeras décadas del siglo XVII. Según el experto, hay tres elementos que siempre han diferenciado la copia del Prado del original que exhibe el Louvre: en primer lugar la diferente factura; en segundo lugar, las cejas, porque la Mona Lisa de Madrid tiene cejas y la de Leonardo, no, y en tercer lugar, la ausencia del paisaje. El equipo de restauración del Prado continúa con su trabajo y espera presentar la investigación completa dentro de unas semanas.
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