Este tema, no es fácil aceptarlo porque se aleja de los patrones tradicionales de investigación. Tampoco se puede rechazar del todo, porque los que logran tener ese sentido especial de trascendencia muestran una serie de ventajas para la supervivencia que otras personas no tienen: viven mas tiempo, mejoran sustancialmente su calidad de vida, se enferman menos, afrontan las enfermedades terminales o crónicas, con mas entereza, crean inmunidad a muchas enfermedades mentales, pierden el miedo a la muerte y, lo que es mas importante, son sumamente resistentes a crear apegos de todo tipo.
Las personas que han encontrado el camino de su autorrealización, o que poseen fortaleza espiritual, son duras de matar.
Se mueven mas fluidamente y no suelen quedarse estancadas en idioteces. No andan buscando algo a que aferrarse para sentirse
protegidas. Han incorporado la seguridad a su disco duro. Amar a una persona así es maravilloso, pero da miedo, porque puede dar la impresión de ser demasiado "independiente". Una pareja sin temores asusta a los inseguros. "Te amo, pero puedo prescindir de ti", puede provocar infarto instantáneo a mas de un enamorado.
Los condicionamientos sociales han instituido una falsa premisa: amor sin miedo no es amor. Cuando un individuo ha encontrado su autorrealización vocacional o trascendental, ama con una paz especial.
No es perfección, sino tranquilad interior. Y aunque pueda parecer sospechoso de desamor, no es así. Simplemente ha dejado que los apegos se caigan por su peso: hay deseo, pero no adicción.
Yo creo que esto es muy importante y espero os ayude a comprender mejor que es el sentido de vida.
Yo lo dividiría en dos dimensiones básicas:
autorrealización y trascendencia.
Maica