Sinceramente este pensamiento, no me gustó.
Si alguien despierta con un remordimiento. (1. m. Inquietud, pesar interno que
queda después de ejecutada una mala acción),
no puede ni debe ir por la vida, como si nada hubiera pasado.
Si se hace un mal, habrá una consecuencia.
No se debe querer ni procurar sólo a quién nos ama, lo verdaderamente valioso es intentar
amar a quienes no nos aman. No lo digo yo, sino Jesucristo, por tanto un mandato
divino.
Tal vez la segunda oportunidad de la que debería hablar este pensamiento, es la de
perdonar y no esperar de otros, lo que uno mismo, no da.
Es mi humilde opinión, sin ánimo de ofender a nadie.
Un beso y un maravilloso día
Blanca E.