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Quisiera hablar con el mar, ahora…
Poder disculparme, entre la sal,
Por tanta sangre,
Tanta cosa inservible que volcamos,
Insensibles,
Entre la tibieza de los peces
Quisiera tomar el viento entre mis dedos,
Al amanecer de un sábado cualquiera
Y arrebatarle suavemente tanto humo
Tanto polvo, tanta basura que sube
Tantos gritos volcados sobre el cielo,
Tanto daño que le hemos hecho a las nubes
Quisiera, de verdad que voy a hacerlo,
Ir a la selva entre animales asombrosos
Buscar las raíces, y
Encandilado de hiedra,
Detener la erosión y la tala,
Detener al desierto despiadado,
Resembrar, con aromas y poemas
Tanto sitio, tanto verde quemado
Voy a ir un día cualquiera,
A la rivera de un río
Recordando como disfruté sus aguas
Cuando era pequeño, cuando era un niño,
Mirando el pequeño caudal ahora
Ya no tan cristalino
Le pediré perdón al agua inquieta
Por haber olvidado su pureza
Quisiera poder hacerlo…
Quisiera…
Ver de nuevo crecer los campos
Ver, de pronto, regresar la primavera
Ver cantar el pasto en las mañanas
Quisiera…
Saber que no olvidamos nuestra tierra
JAIME AZÓCAR |
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