Atada, consumida por sueños eternos,
mi vida, tu vida, suspiros de una agonía que derrota...
ganas, deseos, sentimientos huérfanos.
Mi cintura en tus manos y el mundo en las mías...
Mi fuego va muriendo, ya no queda nada.
Puedo superarlo o despertar y sentir nostalgia de vos,
de tu cuerpo, de tu ser.
Puedo huir, escapar, adormecerme
y no buscar lo que definitivamente
no quiere ser encontrado.
Betsabé Salomón.
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