Sólo una pluma vive en mi mano, una lágrima habitando estos ojos
antes tuyos, tu recuerdo ronda en mi mente sin poder abandonarlo. La
mirada se nubla, de pronto no estoy, no existo, sólo queda aquí mi
cuerpo y vuelo hasta ti, sin encontrarte, sin mirarte, ¿por qué te
escondes de mí? Las horas pasan, tu recuerdo atormenta mi alma, los días
sin ti: largos, eternos, tontos, ni un sonido habla de ti, sólo apartan
el alma de mi cuerpo y la convierten en un reflejo tuyo, matando toda
sonrisa que escapara de estos labios borrándola como humo en el aire,
como agua entre las manos.
Los recuerdos matan lento y de pronto tu imagen se difumina, se
evapora, el deseo de verte aumenta, crece a diario. Yo, sólo vago por
este mundo como un fantasma más, sin mente, sin aliento, sin sueños, sin
alma, la arrancaste al partir, ¿donde estas?, ¿dónde fuiste sin mi?
Las palabras se borran de mi mente, mis manos intentan plasmar
en letra mi sufrir, como aceptar tu rechazo... Quién soporta la tristeza
de la distancia, del olvido, a quien miran hoy tus ojos, en quien
piensa hoy tu mente.
Los sueños se esfumaron, no quedo ni ceniza, apagaste rol fuego
con una palabra, y al mirar tu rostro en mi mente sólo un pensamiento
aparece: Mi dolor al amarte, esperarte y saberme sin poder volver a
tenerte.
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