Sus cansados pasos no le llevan lejos

y no es que los años nos hagan mas viejos,

es que son las penas que a cuestas llevamos

y lo que en el alma muy dentro guardamos.


Señora, señora camine erguida

porque su mirada nunca es fingida,

en ella refleja toda su nobleza

a pesar que de canas llene su cabeza.


Sus sueños de antaño tal vez malograron

pero algunos cuantos quizá realizaron,

llegaron muy lejos, metas alcanzaron

y todos sus hijos ya se le casaron.


La espalda encorvada no es una señal

de que la vejez ya cruza la esquina,

no añore el pasado, no llega el final

y piense que aún la vida es divina.


Señora, señora en esas arrugas se ven sus pesares

y yo para usted corona de azahares

he puesto en sus sienes con muchos honores

y en sus tiernas manos un ramo de hermosas flores…


SHANIA LYNNE