Se decía que en una aldea en Etiopía, un hombre y una mujer, viudos, aunque
jóvenes
, deciden formar juntos una nueva familia. Pero hay un problema, el hombre tiene un
hijo de corta edad, que no ha superado aún la muerte de su madre. Ésta le
prepara los
platos especiales, le confecciona bonitas prendas y se comporta, siempre
amablemente
con él, pero el niño, ni siquiera le dirige la palabra.
La mujer acude al hechicero:
-¿Qué puedo hacer para que mi hijo me acepte como madre ?-
-Me has de traer tres pelos del bigote de un león - le dice el sabio a la mujer.
La mujer se va preocupada, preguntándose cómo le podía sacar tres pelos a
un león sin
ser devorada, pero decide intentarlo por el bien de su familia.
Cuando al fin encuentra al león, guarda una distancia prudencial, temerosa de
acercarse
. Permanece largo rato observándonlo de lejos.
La espera se hace interminable hasta que la mujer decide ofrecerle comida.
Después de
acercarse un poco más le deja un pedazo de carne y se aleja. Y cada día hace
lo mismo.
Poco a poco, el león se acostumbra a la presencia de la mujer, hasta que
ésta pasa a
formar parte de su vida. Un día, cuando el león está dormido le arranca tres
pelos del
bigote sin problemas.
Pero antes de llevarle los pelos al hechicero comprende que su problema está
resuelto:
HA HALLADO EL VALOR DE LA PACIENCIA.
Como el león, debe acercarse al niño poco a poco, esperando fielmente,
respetando su
actitud y su territorio... hasta conquistar su corazón con su paciencia. |