Como los besos que nunca
se dan, que se adivinan.
Besando con furia loca,
¿Si hubo pecado?
Qué importa,
le habló el alma rescatada;
vivirás en mi silencio,
corazón mío.
Un amor tan desgraciado,
que se escapan los suspiros.
Como las gotas que en verano
mojan.
Miro en tus ojos los míos.
Era tanto el amor,
que el alma desprendía
los besos de otra vida
Sólo a tu capricho obedeces.