

En
el tiempo y el lugar correcto.
Posted: 25 Jul 2013 07:05 PM PDT
Estaba caminando por una
calle poco iluminada una noche ya tarde, cuando escuché unos gritos que
trataban de ser silenciados y que venían de atrás de un grupo de arbustos.
Alarmado, disminuí mi
velocidad para escuchar y me aterroricé cuando me dí cuenta de que lo que
estaba escuchando eran los inconfundibles sonidos de una lucha: fuertes
gruñidos, pelea desesperada y tela rasgándose. A sólo unos metros de donde yo
estaba parado, una mujer estaba siendo atacada.

¿Me debería involucrar?
Yo estaba asustado por mi propia seguridad y me maldije a mí mismo por tener
que decidir repentinamente el tomar una nueva ruta a casa esa noche. ¿Y si me
convertía en otra estadística? ¿No debería tan solo correr al teléfono más cercano
y llamar a la policía? Aunque me pareció una eternidad, las deliberaciones en
mi cabeza habían tomado solo segundos, y los chillidos ya habían aumentado poco
a poco.
Yo sabía que tenía que
actuar rápido. ¿Cómo podría alejarme de esto?. No, finalmente me decidí. No
podría darle la espalda a esta mujer, aún si esto significaba arriesgar mi
propia vida. No soy un hombre valiente, ni soy atlético. No sé donde encontré
el coraje moral y la fuerza física, pero una vez que había decidido finalmente
ayudar a la chica, me volví extrañamente transformado. Corrí detrás de los
arbustos y jaleé al asaltante lejos de la mujer.
Forcejeando, caímos al
piso, donde luchamos durante unos minutos, hasta que el atacante se puso en pie
de un salto y escapó.
Jadeando fuertemente, me
levanté con dificultad, y me acerqué a la chica, que estaba en cuclillas detrás
de un árbol, sollozando. En la oscuridad, apenas pude ver su silueta, pero
ciertamente pude percibirla temblando y en stock. No queriendo asustarla de
nuevo, primero le hablé a distancia.
"Está bien",
dije en tono tranquilizador, "El ladrón huyó, estás a salvo
ahora".
Hubo una prolongada
pausa, y entonces oí las palabras, pronunciadas maravillosa y
sorprendentemente: -¿Papi, eres tú?
Y entonces de atrás del
árbol, salió caminando mi hija más joven, Katherine.
DIOS
TIENE LA MANERA DE PERMITIRNOS ESTAR EN EL LUGAR ADECUADO EN EL MOMENTO
INDICADO.


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