Mi
ira ya secó.
Posted: 23 Jul 2013 07:04 PM PDT
Mariana se puso toda
feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul.
Al día siguiente,
Julia, su amiguita, vino temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues
saldría con su madre aquella mañana.
Julia entonces pidió a
Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el
jardín del edificio en que vivían.
Ella no quería prestar su flamante regalo
pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de
aquel juguete tan especial.
Al volver del paseo,
Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado en el suelo. Faltaban
algunas tazas y la bandeja estaba rota.
Llorando y muy molesta
Mariana se desahogó con su mamá "¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le
presté mi juguete y ella lo descuidó y lo dejó tirado en el suelo".
Totalmente
descontrolada Mariana quería ir a la casa de Julia a pedir explicaciones,
pero su madre cariñosamente le dijo, "Hijita, ¿te acuerdas de aquel día
cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasó y te
salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el
vestido pero tu abuelita no te dejó.
"Recuerdas lo que
dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque
después sería más fácil quitar la mancha.
Con la ira es lo
mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho más fácil resolver
todo".
Mariana no entendía
todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver la
televisión.
Un rato después sonó
el timbre de la puerta... Era Julia, con una caja en las manos y sin mas
preámbulo ella dijo, "Mariana, "recuerdas al niño malcriado, el que
a menudo nos molesta? Él vino a jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no
cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó tu regalo.
Cuando le conté a mi
madre, ella se preocupó y me llevó a comprar otro igualito, para ti. Espero
que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa."
"No hay problema,
dijo Mariana, mi ira ya se secó". Dándole un fuerte abrazo a su amiga,
la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del
vestido nuevo ensuciado de lodo.
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