En esta oscura y silenciosa noche, oía tu respiración cerca de mi oído que me decías mi amor, quédate conmigo. Tus latidos y los míos provocaban la fogosidad... en nuestro corazón, nuestros cuerpos danzaban al compás del amor. En la oscuridad de la habitación sólo te sentía a ti que rozabas mi cuerpo y te acercaba más a mí. La serenidad de la noche transformaba nuestras voces en una melodía de pasión. Tus manos, mi boca, mi piel tu lengua, todo arde en este delirio de deseo y placer.