Es bonito vivir, aunque la vida tenga amargos momentos. Los hay llenos de duros sinsabores, los hay tristes y lentos. Los hay que nos castigan con desgana, con fatiga y con tedio. Pero hay otros momentos de esperanza, de amor y de sosiego, que nos llenan el alma de alegría, de dulce bienestar y de contento. Momentos en que vemos un futuro poblado de misterios, que van desarrollándose en promesas, como en los viejos cuentos. Si sabemos mirar en nuestras almas, veremos que tenemos allá adentro un sinfín de posibles realidades que aún no se han hecho; con ellas está todo en nuestras manos, como un misterio que espera, que, con fuerza decisiva, le despertemos. Para aquellos que amamos nuestra vida, y a Dios le agradecemos que nos la muestre llena de contrastes, hay momentos, momentos y momentos...
...De estos momentos llenos de promesas quiero llenar mi tiempo.