Me embriague de tus besos, de esas caricias que jamás imagine sentir,
Me diste vino, del vino que nunca pensé haber bebido, llegaste sigilosamente
y te adentras te en mi corazón hiciste de el tu casa.
Apoderan dote de mí, fui como niña inocente en tus brazos, me diste amor del que jamás
pensé haber llegado tener, fuiste, eres y serás mi mas dulce fantasía.
Un amor embriagador del cual hubiese deseado seguir bebiendo.
Pues te quedaste muy adentro de mi ser, tocaste mi cuer...po y conquistas te mi alma,
cuando contigo esta perdía la noción del tiempo, las horas se tornaban en segundos que
pasaban en un abrir y serrar de ojos.
Podría decir o mas bien lo digo, toque el cielo muchas veces que estuve contigo.
Fuiste mi sol en días oscuros, mi luna en noches frías, el agua que apagó mi sed cuando
sedienta estaba, el perfume que se impregnó en mi piel
Podría pasar horas y horas escribiendo de este amor embriagador, y jamás alcanzaría
a expresar el efecto de ese vino que me diste a beber.
Solo se que ahora borracha quede de ese tu amor que un día fue y que jamás irá a volver.
Fueron bellos esos momentos y ahora espero que esto que siento pase aunque sea lento,
pues ahora tu amor ya no tengo, embriague y sedienta de ese vino quede, cuanto faltara
para que pasé todo su efecto, y después todo quede en un simple recuerdo de ese que fue
nuestro amor embriagador.
Autor Elizabet Arévalo
El Salvador C. A