Lo que tenemos hoy, puede no estar mañana y no por ello habremos perdido nuestro valor como persona, que es intrínseco a nosotros desde el momento en el que vimos la luz por primera vez.
Si interiorizamos esta idea, que es la realidad, nos sentiremos mucho más libres y nos querremos a nosotros mismos sin condiciones, sin tener que ser guapos, ni exitosos, ni tener mucho dinero…porque eso no determina nuestro valor.
Lo más importante es
nuestra capacidad de amar la vida y a los demás
4. La aceptación incondicional de los demás
Al igual que la aceptación incondicional de uno mismo, para ser felices y estar a gusto con los demás, debemos practicar la aceptación incondicional de los demás, que trata de aceptar al otro sea como sea: sea guapo o feo, sea blanco o negro, sea listo o no lo sea, tenga dinero o no lo tenga.
Todo el mundo puede aportarnos cosas maravillosas, independientemente de sus características externas, que como ya se ha dicho, no son importantes.
Además, para liberarnos y no angustiarnos, es muy importante aceptar a las personas de nuestro círculo con sus defectos y virtudes, y no intentar cambiarlos ni enfrascarnos en discusiones infinitas con ellos. No conseguiremos cambiarlos fácilmente. La clave está en aceptar y valorar las virtudes que tiene, porque todo el mundo tiene.
5. La tolerancia a la frustración
Una de las claves de la salud emocional, es practicar la tolerancia a la frustración, es decir, aceptar que el mundo no gira en la dirección que tú quieres ni que las cosas siempre saldrán como a ti te gustaría.
Esta es una realidad que mucha gente se niega a aceptar y lo pasan realmente mal, y es por sus creencias irracionales sobre el mundo. Ellos piensan en términos de “debería”: “El mundo debería ser como yo quiero” y cuando esto no se ve cumplido, se ponen ansiosos o se deprimen.
La tolerancia trata de que aceptemos que las cosas a veces nos serán favorables y a veces no y que debemos tolerar estas incomodidades.
6. El tremendismo
Surge cuando la persona piensa que lo que le está ocurriendo es algo terrible, más que dramático y que no lo puede soportar. Se exagera en exceso lo negativo de una situación.
Es una idea falsa que aún nos pone más ansiosos, porque se ha demostrado que el ser humano tiene la capacidad de soportar casi cualquier golpe psicológico, por lo tanto, la creencia racional sería: “Esto que me ocurre es muy incómodo y desagradable, pero por supuesto que puedo soportarlo”.
7. Las imágenes racionales-emotivas
Una de las técnicas de la que se sirve la TREC para desactivar las creencias irracionales son las visualizaciones. Ayudan a practicar hábitos de pensamiento racional y facilitar las emociones sanas.
Se trata de que el paciente imagine una situación que teme de la manera más nítida posible, sintiendo todas las emociones que se derivan de ella. Posteriormente, se insta a la persona a que cambie sus sentimientos exagerados, por sentimientos apropiados.
Por ejemplo, cambiar el pánico por el desagrado, la depresión, por tristeza… Nos podemos prescribir nuestras propias emociones si nos esforzamos en cambiar nuestra manera de ver las cosas.